miércoles, 26 de febrero de 2014

La chica mecánica

Hacía tiempo que no leía nada de ciencia ficción, cuando en una época de mi vida este fue, prácticamente, el único género que me interesaba: Isaac Asimov, Carl Sagan, J.J. Benítez, Arthur Clarke, Ray Bradbury,... así que ya tocaba rememorar épocas pasadas y volver a este género tan agradecido.

Y que mejor que con una novela precedida de un montón de premios y buenas críticas. Entre otros el premio Nébula (2009) y Hugo (2010) a la mejor novela. El libro también ganó el premio Compton Crook 2010 y el Premio Locus 2010 a la mejor primera novela... En fin, que no me podía equivocar, cuando además había sio propuesta en el taller de lectura de Papyre. Me zambullí en su lectura y aqui dejo mis impresiones sobre la obra:

Su autor es el escritor estadounidense Paolo Bacigalupi, que publicó ésta su primera novela larga en el año 2009. Se trata de una obra extensa, en torno a las 600 páginas. Las primeras 400 están dedicadas a una descripción muy detallada de una Tailandia del siglo XXI donde la humanidad ha extinguido los combustibles fósiles, por lo que deben utilizar otro tipo de energías, principalmente muelles percutores. Y para los desplazamientos utilizan bicicletas o rickshaw.

Rickshaw
También tienen grandes problemas con las enfermedades contagiosas, como la cibiscosis y la roya, que arruina gran parte de las cosechas. El  nivel de las aguas ha crecido por el efecto invernadero, por lo que grandes diques impiden la entrada de agua en las ciudades. La contaminación en las grandes ciudades se ha convertido en algo insoportable. Y en medio de todo este futuro apocalíptico, diversas empresas genéticas, junto con el Ministerio de Medio Ambiente y el de Comercio, controlan los poderes fácticos de la ciudad. A todo esto hay que añadir la existencia de seres manipulados genéticamente, como los Megodontes (grandes Mamuts), que son utilizados como energía animal y los neoseres, mitad seres humanos mitad robots. A este último colectivo pertenece Emiko, la chica mecánica que da nombre a la novela.

Diversos personajes viven o sobreviven como pueden en esta ciudad. Cada uno es descrito prolijamente por el autor, sus vidas, sus ocupaciones, sus ambiciones e intereses. Todos aparentemente ajenos entre si y sin ninguna conexión.


Pero el gran valor de la novela y lo que la ha hecho muy interesante para mi, es que en las últimas 200 páginas todo comienza a precipitarse por el asesinato del protector de la Reina Niña, un alto cargo de la corte, y la vida de todos estos personajes comienza a confluir y entrelazarse inexorablemente en medio del caos y la violencia desatadas.

Aunque las primeras páginas se hacen duras de leer y el lector parece estar perdido continuamente, el último tercio de la novela es completamente adictivo y no se puede parar de leer. En resumen ha sido un grato reencuentro con un género que tenía un poco descuidado pero que a partir de ahora prometo sondear más.



martes, 25 de febrero de 2014

LEER ES SOÑAR DE LA MANO DE OTRO

"LEER ES SOÑAR DE LA MANO DE OTRO". La cita de Fernando Pessoa sirve de prólogo a "En el país de los libros (Nórdica Libros), la segunda obra -tras "El libro de los libros"- que el ilustrado alemán Quint Buchholz dedica a la diversidad y singularidad de los libros.
Este libro es una declaración de amor a la diversidad y singularidad de los libros, una guía de viaje al reino de los lectores, poblada de indicios y huellas duraderas.
"De lo que los libros pueden significar para nosotros nos hablan los dibujos de Buchholz y sus sabias y escuetas palabras: consuelo, cobijo, espejo, paraguas, cama... Buceamos por este libro y, cuando acaba, emergemos totalmente cubiertos de dicha..." (Elke Heidenreich)

Leer es soñar de la mano de otro...

Una del grupo salta a la aventura.

Otro ve el mundo bajo una nueva lupa.

A otra no le da miedo la altura.


A una ciertos libros no le agradan.

Otro rehuye ruidos y pantallas.

Otro se muda a una antigua batalla.

Otro se encierra en el baño de casa.

Otro es con rimas con quien la noche pasa.

viernes, 21 de febrero de 2014

LA ESTRATEGIA DEL AGUA



"No hay mucha diferencia entre un narcotraficante y un banquero. Son dos seres cuya vida y conducta se explican por una única pulsión: la codicia"

Vila, un duro y frío brigada, acompañado de su equipo, Vir (Virginia) y Juan, se sumergirán en una oscura historia sobre un crimen bruto y a sangre fría.
Esto les llevará a darse cuenta de cómo algunas personas esconden su verdadera personalidad debajo de un caparazón que engaña al que no le conoce. Primero piensan en las drogas como el principal móvil del asesino, pero conforme se van adentrando en la investigación se dan cuenta de que la ex mujer es una sospechosa en potencia.
Toda una trama que lleva a este duro guardia a abrir su dura coraza ante su compañera Vir, mientras transcurre la trama. Pasa por lugares en los que tuvo vivencias y el caso le toca "muy de cerca". Tanto es así, que no para hasta dar personalmente con el asesino, moviendo hasta el último hilo del que dispone. Un apasionante thriller policíaco que te dejará con la intriga hasta el final, y en el que no queda nada al azar. 
El propio Lorenzo Silva, autor, nos dice en su página que esta historia está construida "a partir de un hecho real, que no obstante manipulo y altero hasta convertirlo en absoluta ficción" así como "que creo que habla de muchas realidades relevantes y candentes de esta España que se adentra con paso trémulo en la segunda década del siglo XXI. También indaga en las sombras y luces de nuestra naturaleza como humanos, en la versión que de ella nos toca a cada cual, según seamos hombre o mujer, y en nuestras siempre complejas relaciones. El mérito de lo que pudiera hallar al respecto debe atribuirse al punto de partida: un crimen que pone al descubierto tantas cosas estremecedoras que no tuve más remedio que convertirlo en literatura".
Una novela sobre los claroscuros de las relaciones, sobre los errores y aciertos de los jueces, sobre los vericuetos de la moderna investigación policial, sobre las injusticias que provocan las leyes y sobre el mal, que a menudo está entre lo que tenemos más cerca, incluso entre lo que un día amamos.

SOBRE EL AUTOR -->

LORENZO SILVA (Madrid 1966) ha escrito, entre otras, las novelas "La flaqueza del bolchevique" (finalista del Premio Nadal 1997), "Noviembre sin violetas", "La sustancia interior", "El urinario", "El ángel oculto", "El nombre de los nuestros", "Carta blanca" (Premio Primavera 2004), "Niños feroces" y la "Trilogía de Getafe", autor del libro de relatos "El déspota adolescente" y del libro de viajes "Del Rif al Yebala". "Viaje al sueño" y "La pesadilla de Marruecos". En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco "Y al final, la guerra", un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak, en 2008 un ensayo sobre "El derecho en la obra de Kafka" y en 2010 "Sereno en el peligro". "La aventura histórica de la Guardia Civil" (Premio Algaba de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, iniciada con "El lejano país de los estanques" (Premio Ojo Crítico 1998) y ala que siguieron "El Alquimista impaciente" (Premio Nadal 2000), "La niebla y la doncella", "Nadie vale más que otro", "La reina sin espejo" y "La estrategia del agua".


Esta entrada es una colaboración con OPINARED de LORENZO LÓPEZ RODRÍGUEZ (@Lorenlr14)

domingo, 16 de febrero de 2014

EL CABALLERO DE LA ARMADURA OXIDADA

"Los animales aceptan y los humanos esperan. Nunca oiréis a un conejo decir: "Espero que el Sol salga esta mañana para poder ir al lago a jugar". Si el Sol no sale, no le estropeará el día al conejo. Es feliz siendo un conejo".

"El Caballero de la armadura oxidada" no es un libro... es una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. Sus profundas enseñanzas éticas son de una sencillez y humildad tal que se consiguen interiorizar naturalmente y la riqueza de su prosa nos inunda de belleza.
El protagonista, un caballero deslumbrado por el brillo de su propia armadura, a pesar de ser bueno, generosos y amoroso, no consigue comprender y valorar con profundidad lo que tiene, descuidando "sin querer" las cosas y las personas que le rodean.
Su armadura se va oxidando hasta que deja de brillar y, cuando se da cuenta, ya no puede quitársela.
Prisionero de sí mismo, emprende entonces un viaje al final del cual, gracias a la ayuda de diversos personajes, logra deshacerse de la armadura que le ha imposibilitado abrirse al mundo. Este libro nos enseña, con un sutil sentido del humor, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder ser capaces de dar y recibir amor en abundancia.
"El Caballero de la armadura oxidada" es una invitación a ir más allá de los superficial para encontrar lo que verdaderamente somos y cuánto escondemos.



SOBRE EL AUTOR -->

Robert Fisher nació en Long Beach, California. Con 19 años comenzó a escribir guiones para cómicos de la talla de Groucho Marx, Lucille Ball, Bob Hope, George Burns o Alan King. Ha sido el autor y coautor de más de 400 programas radiofónicos de comedia y cerca de 1200 programas televisivos. Obtubo el premio Emmy por la serie "Danny Thomas", además de los premios Sylvania y St. Christopher en el género "Mejor comedia del año". Sus obras de teatro y musicales también han cosechado excelentes críticas y numerosos galardones.
Su primer libro, "El Caballero de la armadura oxidada", en la línea de los libros de motivación y autoayuda, ha vendido millones de ejemplares por todo el mundo y se ha visto acompañado de otros éxitos como "El Caballero silenciosos y otros relatos", "El búho que no podía ulular" y "El gato que encontró a Dios" (escritos en colaboración con su esposa Beth Kelly). Falleció el 26 de septiembre de 2008.


lunes, 10 de febrero de 2014

¿SOMOS UNA VERSIÓN RAQUÍTICA DE LO QUE PODRÍAMOS SER?

"Saber ayudar a los niños con amor significa hacer de ellos personajes con creatividad, responsabilidad, empatía y competencia social. Y de esos niños surgirán grandes talentos"

El célebre violonchelista Pablo Casals afirmaba que cada segundo que vivimos es como un instante que nunca volverá a repetirse. Y añadía: "¿Qué enseñamos a nuestros hijos? Les decimos que dos y dos son cuatro y que París es la capital de Francia. ¿Cuándo vamos a enseñarle que son un milagro irrepetible? De ti podría surgir un Shakespeare, un Miguel Ángel o un Beethoven. Tienes la capacidad para ello, pero también para lastimar a otros niños que son un milagro como tú. Hemos de esforzarnos para que el mundo trate a los niños dignamente".


Todos tenemos una capacidad de desarrollo enorme. Pero fácilmente podemos caer en la trampa de conformarnos con ser una visión raquítica de aquello que podríamos ser. Los niños, al nacer, disponen de una alegría inherente, la de poder descubrir constantemente cosas nuevas; la curiosidad juega aquí un papel importante. Albert Einstein, cuando era un escolar suspendía varias asignaturas, pero tenía una curiosidad pasional por el mundo. Los niños poseen, además, la capacidad de disfrutar con actividades que les permiten ser artífices de cosas que ellos mismos van configurando y moldeando. A la edad de tres o cuatro años son capaces de entusiasmarse más de treinta veces al día. La palabra entusiasmo procede del griego "enthousiasmós" y significa estar impregnado de Dios. Estar tan lleno de alegría que la fuerza creativa tiende a desbordarse. Algo así como la corteza de un árbol que se resquebraja para que sus ramas se llenen de flores al recibir la sabia del entusiasmo.
¿Por qué el entusiasmo? Los conocimientos de la Neurobiología nos dicen que existe una permeabilidad recíproca entre el cerebro y los centros emocionales. Cuando nos sentimos golpeados por experiencias vitales, los centros emocionales son activados, dando lugar a una situación que puede ser comparada con la de una regadera de la que sale un fertilizante que abona el cerebro. Si no nos llega adentro, al cabo de poco tiempo nos olvidaremos de lo que hemos aprendido.
Imagínese que lográsemos observar el desarrollo del cerebro de un niño. No saldríamos de nuestro asombro al contemplar cómo se van formando millones de neuronas. Pero poco después también seríamos testigos de la muerte de una buena parte de estas y sus correspondientes enlaces por no haber conseguido integrarse en una red en la que hubiesen adquirido una función específica. Los niños se ilusionan con todo aquello que van descubriendo.
Por otra parte, también podríamos afirmar que si activamos los centros emocionales de los niños castigándolos o premiándolos, es decir utilizando las normas usuales del adiestramiento, fácilmente se supeditarían a las medidas del premio o castigo. Pero a estos niños los estaríamos incapacitando para llevar a cabo grandes tareas por suprimirles su motor interno, el que actúa desde dentro, el que nos hace querer las cosas de verdad y no solo desde fuera, únicamente porque tras la acción espera un premio o un castigo. Para que se produzca una buena estabilización de los enlaces sinápticos, sobre todo en el lóbulo frontal del cerebro, el niño tiene que ir aprendiendo a través de experiencias propias cuando se trata de resolver problemas o dominar desafíos. Es aquí precisamente donde los profesores han de poner en práctica todo su genio para saber invitar, animar e inspirar a los niños. 
Si un niño ha construido una fortificación de madera es lógico que quiera ser reconocido por semejante habilidad. Pero si nadie se interesa por esa construcción, y eso no solo una vez sino varias, la experiencia de edificar castillos que inicialmente estaba unida a la de hacer tareas con entusiasmo, pronto se tornará en frustración. ¡Cuánta sabiduría pedagógica se alberga en aquellos padres que se sientan durante los juegos del hijo o la hija para disfrutar con ellos, situándose a su misma altura y dejando que tomen siempre la iniciativa, acompañándolos para que vayan desarrollando de ese modo sus talentos escondidos!


El cerebro está optimizado para resolver problemas. Con tal motivo los niños buscan siempre nuevos desafíos que contribuirán a su buen desarrollo. Es de gran ayuda para ellos que se involucren en asuntos importantes que les hagan actuar con responsabilidad. De este modo los niños se darán cuenta del enriquecimiento que les supone vivir con disciplina y competencia social. Hoy en día, cuando un alumno que ha sacado buenas notas durante el bachillerato alemán pretende obtener una beca mejor dotada ya no se tienen en cuenta solo sus calificaciones, sino actividades tales como haber trabajado en una residencia de la tercera edad o en un Kindergarten con los niños.
La emergencia educativa requiere amar de verdad y no solo un mero cumplimiento de normas. 


(Artículo "¿Somos una versión raquítica de lo que podríamos ser?", de Alfred Sonnenfeld, Doctor en Medicina y Teología. Catedrático de la Unir)

jueves, 30 de enero de 2014

Esta noche arderá el cielo

El mundo en un puño y, en el puño, el acelerador

Se trata este de un libro cercano a las road movies, pero sin llegar a serlo. Puede ser un thriller fantástico, pero tampoco llega a serlo. Tal vez una novela de ciencia ficción, pero sólo a trozos. De terror también podría calificarse en algún pasaje. En fin, como véis no es una novela fácil de catalogar. Y mejor así, porque no creo que las etiquetas sean nada bueno.

En ella aparecen motos y personajes con situaciones vitales muy complejas. Y traficantes en medio de la taiga canadiense, donde la única vía de comunicación es la famosa Trans-Taiga, una carretera de grava apisonada que cruza el norte de Canadá, con una longitud de unos mágicos (o diabólicos) 666 kilómetros, una sola gasolinera en todo el trayecto y construida para acceder a las centrales hidroeléctricas que se encuentran en los grandes lagos del norte.

Este es el escenario que utilizan la pareja formada por Mac y Perla para reencontrarse después de diez años de vidas fracasadas, él en su modesto taller de motos, limpiando carburadores y negándose a hablar con la gente, sumergido en la bebida. Ella en su matrimonio acabado, con un hijo al que no quiere y un marido al que no reconoce. Quieren volver a revivir sus años de supuesta felicidad a lomos de unas motos que los dirigen hacia cualquier lugar, donde lo importante no era el destino sino el camino recorrido.

Trans-Taiga (Canadá)
Pero ya nada es igual, ni siquiera las grandes desolaciones de la taiga, que esconde secretos inconfesables y a la que se alía el cielo inmenso con sus estrellas y auroras boreales. El paraíso ideal para un astrónomo aficionado y su pequeño hijo que se disponen a pasar un fin de semana de observación y convivencia. Hasta que todo se tuerce, o mejor aún, se retuerce para crear situaciones increíbles.

Trans-Taiga en moto
Por momentos me ha recordado a Robin Cook en novelas como Cromosoma 6, con intriga pseudocientífica. Aunque no creo que sea llevado al cine, pero merece la pena leerlo como curiosidad y muy recomendable para moteros. Con esta lectura ha aparecido ante mi un escritor como Emilio Bueso al que merece la pena seguir.

martes, 21 de enero de 2014

LA FRONTERA INVISIBLE

"Nadie nos dijo que fuéramos. Nadie nos dijo que lo intentáramos. Nadie nos dijo que sería fácil. Alguien dijo que somos nuestros sueños, que si no soñamos estamos muertos. Nuestros pasos siguen el instinto que nos lleva a lo desconocido. No miramos los obstáculos que hemos superado, sino aquellos que vamos a superar" (Killian Jornet)


Con sólo 26 años, Killian Jornet ha conseguido uno de los palmarés más impresionantes de un deportista español. Cinco veces ganador de la Skyrunner World Series, tres veces ganador de la Ultra Trail del Mont Blanc y ganandor en diversas ocasiones del campeonato del mundo de esquí de montaña. Pasó los primeros años de su vida en el refugio de Cap del Rec y, desde pequeño, la alta montaña se convirtió en su terreno de juego, en su patio de colegio particular. A los cinco años de edad culminó la ascensión al Aneto y Los Posets, y a los diez años ya había completado la travesía integral de los Pirineos. Ya ha superado a sus ídolos de infancia, ha conseguido todos los retos que se ha propuesto y ha establecido récords hasta ahora inimaginables. 



La muerte de su ídolo Stéphane Brosse en una ascensión al Mont Blanc es el punto de partida del nuevo libro de Killian Jornet. Partiendo de esta experiencia -que forma parte del proyecto personal de coronar las cimas más importantes del planeta corriendo-, descubriremos una historia de aprendizaje vital forjada en el Nepal. Un relato humano y en primera persona con el que, junto a Killian, todos aprenderemos a perder para empezar a ganar. Lo que en principio es un viaje de reencuentro consigo mismo terminará siendo una expedición épica al Himalaya.
Un precioso libro, una aventura en la que esquiar, escalar, correr, con el mínimo material, hace al lector que empatice con la historia y en ocasiones piense que se encuentra en el mismo Himalaya. Killian estuvo acompañado tan solo de dos alpinistas amigos con los que quiso volver a la esencia del alpinismo, a jugarse la vida en la montaña. Este viaje se convirtió en una frontera invisible, un reto personal, un reto vital, un reto humano. Al fin y al cabo, en una manera de vivir.




Tres hombres y una montaña; tres hombres y una aventura imposible. Una expedición al Nepal más indómito, el de los horizontes más ajenos y los picos más remotos, con escaladas inverosímiles, descensos intrépidos, retos, riesgos, peligros y decisiones de vida o muerte. Una expedición que es a la vez una búsqueda, una evasión y un reencuentro, en la que las emociones se multiplican y los sentimientos están a flor de piel; en la que las palabras, los silencios y los recuerdos adquieren nuevas profundidades.
Con humildad y sencillez, Killian Jornet nos invita a correr, a ir más allá y atrevernos a explorar la frontera que separa la tristeza de la felicidad, la vida de la muerte, en una historia que cabalga entre la realidad y la ficción. "Porque somos hombres forjados en sueños; porque, si no soñamos, estamos muertos".

Como ya me ocurriera con su primer libro "Correr o morir" (el cuál también comentamos en Opinared...)



lo que realmente me fascina de la escritura de Killian Jornet es esa capacidad que poseé para describir su vida, su pasión por el deporte, por la montaña, y todo ello entrelazarlo con sus pensamientos y reflexiones más íntimas. Puedes estar de acuerdo con sus conclusiones, o todo lo contrario, pero de lo que no cabe duda es que hay momentos del libro que te "obligan" a parar, a releer y lo más importante: detenerte y reflexionar. Esto es, en mi modesta opinión, lo que hace que la lectura de "Frontera invisible" o "Correr o morir" sean muy recomendables. Hacen pensar. Os dejo algunas de las reflexiones de Killian que aparecen en el libro y que considero "brutales":


...Sobre la FELICIDAD:

"¿Sabes qué es la felicidad?¿la verdadera felicidad? No se encuentra en el momento de lograr algo, cuando todo está ya en proceso de asimilación. No, la felicidad pura se encuentra justo en el instante antes de conseguirla, en el momento en que descubres que la alcanzarás. Es el instante en el que los labios de un adolescente se acercan para besar a una persona a la que sabe que quizá amará el resto de su vida; el instante en que un matemático tiene una iluminación y ve con claridad cómo descubrir aquella teoría que lleva años resistiéndose al mundo científico; es aquel instante en el que el corredor de maratón de los Juegos Olímpicos vislumbra la línea de meta, mira hacia atrás y se da cuenta de que tiene suficiente ventaja para ser él quien corte la cinta; el momento en que una mujer sabe que al cabo de unos meses tendrá un bebé, el suyo, en sus brazos. Pues entonces, allí, en la cresta de la Aiguille de Argentiére, castigado por el viento y bajo un cielo turbio, era un instante así. Era felicidad pura"




...Sobre la LIBERTAD:

".-La libertad es una ilusión- dijo Alexander, que se había sentado junto a nosotros sin darnos cuenta-. La libertad termina en el momento en que hemos tomado una decisión. Hasta entonces sí éramos libres de elegir, pero cuando pensamos ya no somos libres, porque tomamos decisiones que programan nuestros actos y, cuando no pensamos, tampoco somos libres.
.- No acabo de entenderte- le digo-. Si pensamos, no somos libres, y si no pensamos, ¿tampoco?¿Dónde reside entonces la libertad?
.- La libertad real reside en la ignorancia. Cuanto más conocemos algo, menos libres somos, porque creamos más automatismos. Con el conocimiento nos creamos nuestro ejército de costumbres.
.- ¿Y crees que con el pensamiento no se puede llegar a la libertad?
.- Sí, pero es harto difícil. La libertad llega si somos capaces de saltarnos estos automatismos y, para llegar a ello, tenemos que dejar de creer en cosas que considerábamos seguras."




...Sobre la VERDAD DE CADA PUEBLO: 

"Cada pueblo posee su verdad; hay infinitas verdades, tantas como pueblos, tantas como personas, pero para cada uno solo existe la suya y se piensa que es global, y su verdad es el bien, es el progreso. Ellos no querían este progreso, porque ya tenían el suyo, otro progreso.
.-Vosotros los turistas, no lo entendéis, porque necesitáis las carreteras para moveros, necesitáis el comercio para comer, los teléfonos para hablar. Este es vuestro progreso, no el nuestro. Nuestra libertad terminó en el momento en que nos quisieron convertir en lo que eran ellos, pero nosotros decidimos seguir siendo nosotros.
Bajé la mirada al suelo; llevaba días nerviosos por no poder consultar mi correo electrónico, mirar el muro del Facebook... Estaba ansioso por poder llamarte y había recorrido todo el pueblo buscando chocolatinas".



...Sobre el TIEMPO:

"Y de todos modos no debemos olvidar que mañana el hoy será olvidado...He aprendido que el tiempo, como el agua, tiene tras formas: a veces se esfuma fluyendo mientras cava las heridas a mayor profundidad, otras veces las cubre disimulándolas o las haces desaparecer como la nieve en los glaciares. Sin embargo, al final el tiempo desaparece, en el olvido, como si nunca hubiera existido, como el vapor que se esparce en el aire. El tiempo es una magnitud inventada por los hombres, que queremos cuantificarlo todo, pero en realidad el tiempo es el espacio que existe entre dos emociones".



...Sobre los SUEÑOS:

"Tenías razón cuando decías que, cuando los sueños se cumplen, nos sentimos tristes. Porque lo más bello de soñar es el camino que debemos recorrer hasta llegar a la meta; lo mejor de los sueños es precisamente luchar mientras seguimos soñando. Y yo seguiré soñando, en este juego que algunos tildarán de suicidio, de irresponsabilidad o de mal ejemplo, pero en definitiva es mi juego, es mi sueño. Y sé que no lo entenderás, ni pretendo que lo entiendas. Estos juegos no se juegan para mostrarse, para ser ejemplo de nadie o para ganar. Este juego se juega porque es la vida. La vida en mayúsculas. Porque es más fuerte que lo que debería hacer, que lo que me han enseñando que es correcto o incorrecto, lo que es seguro o inseguro. La vida no es rellenar las casillas de una lista preestablecida que nos entregan al nacer. La vida es algo que se siente; la vida es el instinto, que te dice que estudies bellas artes pese a tener la mejor nota para estudiar medicina; que dejes el bufete de abogados con un buen sueldo fijo para ir a construir una pequeña granja en el Pallars; que te enamores de aquella chica que sabes que sólo te traerá preocupaciones; que salgas del trabajo como una bala para ir a ver un puesta de sol. Es la vida, ese sentimiento, esa irracionalidad incontrolable, la que me dice que suba ahí arriba para poder ser feliz, que deje la seguridad a un lado para ser quien soy, para poder decir un día a mis hijos que yo he vivido, porque soñé locuras y las seguí".




...Sobre las FRONTERAS:

"He regresado dándome cuenta de que nunca me había ido. Salí de Cerdeña, crucé Cataluña, recorrí España, pasé Francia, viajé por toda Europa y por los cinco continentes y no recuerdo haber visto jamás frontera alguna en la tierra. ¿Tú sabes qué forma tienen las fronteras?¿De qué color son?¿A qué huelen? Nunca he visto a nadie más que a los hombres hacer caso a las fronteras. Y por las fronteras nos odiamos más que nos queremos, nos dejamos engañar protegiéndonos de las invasiones, al pensar que es mejor guardar lo que tenemos hoy por si mañana lo necesitamos para dejárselo a quien nos lo pide. ¿Qué es una frontera sino el límite de una propiedad? Una posesión que nos otorgamos los hombres entre nosotros. ¿Cómo puedo considerarme propietario de un terreno que desde hace milenios ha sido poblado por otros habitantes, animales, plantas y tormentas simplemente por el hecho de contar con un papel -recordémoslo, solo inteligible para los humanos- que me lo otorga a mí? La vida es un movimiento constante, podemos decir que cruzamos fronteras, o simplemente damos un paso tras otro, hasta que dejamos de andar y donde caminábamos nosotros otras personas lo harán, y las fronteras desaparecerán con nuestros pasos, lo que creemos poseer perdurará sin pensar que en un tiempo lejano lo habíamos considerado nuestro. En este mundo estamos de paso. ¿No crees que es más sencillo y placentero simplemente pasar por él, aprovechando lo que nos encontramos y dejando lo que querríamos encontrarnos?.
Vivir sin arriesgarse no es vivir, al meno para mí. La vida se juega en las fronteras. Las batallas se ganan en las fronteras: la ciencia avanza en las fronteras del conocimiento; los pobres mueren cruzando las fronteras y los ricos se enriquecen creándolas. Todo sucede cerca de las fronteras".


sábado, 18 de enero de 2014

EL PRINCIPITO, LOS DIBUJOS QUE NUNCA HABÍAS VISTO

Desde su primera publicación inicial en 1943, "El principito", la obra más conocida de Antoine de Saint-Exupéry, se ha convertido en uno de esos libro de "niños de todas las edades". El tipo de libro que los padres quieren leer a sus hijos, y que probablemente evoca recuerdos de sus propios padres haciendo lo mismo. Aunque os he de decir que, personalmente, nunca pensé que este libro fuera una obra para niños. Sí, quizá tenga diferentes lecturas dependiendo de la edad del lector, pero siempre se me ha antojado como una alegoría escrita para lectores adultos.
Pues bien, según cuenta la historia, durante su visita a Nueva York, Saint-Exupéry se presentó en casa de una amiga antes de su entrada en combate en la Segunda Guerra Mundial. "Me gustaría darte al espléndido", aunque lo que luego le entregó fue una bolsa de papel arrugada que puso sobre su mesa. Saint-Exupéry no volvería nunca de su participación en la guerra.
Resulta que esta bolsa contenía el manuscrito y los primeros dibujos de esta maravillosa obra, material que la Morgan Library de Nueva York adquirió en 1968 y que exhibirá del 24 de enero hasta el 27 de abril. Si pasáis entre esas fechas por la Gran Manzana, no os lo podéis perder. Para el resto, en la galería que os mostramos a continuación tenéis algunos de esos dibujos.






domingo, 12 de enero de 2014

Para acabar con la Enseñanza

Empieza el año y volvemos a las aulas con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas de la famosa LOMCE. Casi nadie está de acuerdo, todos los estamentos implicados la critican, así que esta entrada cobra una especial vigencia, aunque fue escrita hace ya algún tiempo. Pero es que la esencia del problema es exactamente la misma. Compruébalo por ti mismo:

Para finalizar las entradas que últimamente he estado dedicando a la enseñanza, quiero finalizar con esta clarividente reflexión de José María.

Es alentador comprobar, para un docente, el altísimo grado de implicación que la sociedad y el Estado español están demostrando en las últimas semanas en materia de educación. Qué orgullo al abrir los periódicos y encontrar todo el debate reducido a la lucha Religión/Educación para la Ciudanía, o lo que es lo mismo, como siempre en estas tierras, Partido Popular/Partido Socialista (o estás con nosotros o estás contra nosotros), o encontrarlo también centrado en el largo periodo vacacional de los profesores y los alumnos. Sí señor. Cuestiones de primer orden. Eso es lanzarse a la piscina, nunca mejor dicho, y empaparse hasta las cejas.

Qué rabia me daba de pequeño ir al colegio. No era yo como estos niños postmodernos de hoy en día que se aburren en sus casas y están locos por ver a sus amiguitos en el recreo. No. Yo, en caso de verlos, prefería hacerlo en el parque, en el Club o en la playa. Al aire libre, en grandes espacios, corriendo, saltando y sin muros ni verjas ni señores mayores que te contaban lo mismo que podías leer en esos libros, salvo contadas excepciones que lograban captar tu atención y llevarte de aquí para allá en un viaje fascinante. Cuando llegaba el mes de junio, ya tenía esa cosilla en mi estómago cada vez que veía el cielo azul o sentía esa luz melillense tostadita en el cogote al pasear por la Avenida. Olía a verano, a paz, a felicidad. En los escaparates, esos cuadernillos espantosos de Santillana para repasar y divertirse (por Dios) en julio y agosto. A mis hermanas y a mí no nos hacían falta, que ya estaban nuestro padres poniéndonos todos los días cuentas y copias, para que no se nos secara, a pesar de los chapuzones, la mollera.




El pasado día cinco de febrero el diario El País publicaba un artículo titulado Demasiadas vacaciones en donde se criticaba no sólo las de los profesores, sino también el poco número de días lectivos de los estudiantes. Algunos proponían ahí alargar el final del curso, otros adelantar su comienzo y, como telón de fondo, el problema que tienen los padres actualmente para conciliar su vida laboral con la familia, al parecer responsabilidad de los centros y no de sus empresas, esto es, qué diantres hago con la niña-molestia cuando le den las vacaciones. ¿A dónde la mando? Y leía estas argumentaciones mientras hacía la cola en el Ayuntamiento para recoger un certificado. De cuatro mostradores, sólo funcionaba uno. Hay que ver lo que tardan en servir los desayunos en las cafeterías.

Las vacaciones de nuestros jóvenes son distintas a la de los chicos y chicas de otros países, algo evidente porque aquí no se puede tener a treinta estudiantes metidos en un aula sin cortinas y sin aire acondicionado a finales de junio. El calor es insoportable. Comparar esta situación con la finlandesa o la sueca es poco provechoso. Pero es que a principios de septiembre la temperatura, al menos en el sur de España, es igual, agobiante. Los que piden adelantar el comienzo al día uno del mismo mes olvidan también que en esas fechas están los exámenes de recuperación y que las plantillas de profesionales están incompletas. Lo que escuece de todo este asunto es que el debate haya saltado nuevamente a los medios por motivos que nada tienen que ver con la enseñanza. Las familias quieren tener los centros más tiempo abierto para tener allí aparcaditos y cuidaditos a sus criaturas (que, curiosamente, son suyas. Algunos lo olvidan). Y digo aparcados porque da igual que aprendan más o menos (casi nadie trae la tarea hecha), que no haya ordenadores, que haya saturación, que las ratios sean elevadísimas, que falten recursos de todo tipo. Lo que importa, lamentablemente, es que estén allí vigilados porque así no estarán fuera, solos, de ahí la propuesta de varias CCAA de tener los colegios e institutos abiertos por las tardes, o casi de madrugada. La docencia tiene una función fundamental y valiosísima, si se deja ejercerla: la de enseñar. Todo lo que se salga de ese marco no es tarea de los docentes.

Tal y como se están poniendo las cosas, un alumno puede llegar a su colegio a las siete de la mañana, en régimen de acogida temprana, recibir sus seis horas de clase, comer a las dos y media y realizar las actividades extraescolares hasta las seis de la tarde, supuestamente controlados por personal distinto al de los profesores, nos dicen los expertos. Esto huele a podrido. Todos estos pedagogos, presidentes de no sé qué, coordinadores de no sé cuánto que, o están liberados o no han dado clase en su vida, ¿no tienen nada que decir sobre el hecho de tener a un chico encerrado diariamente casi doce horas en un centro? La solución a los problemas sociales no la tiene en exclusividad la escuela. ¿El Estado no va a hacer nada para que los empresarios flexibilicen los horarios y turnos de sus trabajadores, para que puedan disfrutar de sus hijos? Ya está bien de echar sobre la enseñanza todas las responsabilidades sociales. A este paso, en cinco años, estaremos presentes en los partos para registrar la llegada de un nuevo alumno y evitar el fracaso neonato y el absentismo en las incubadoras.

jueves, 9 de enero de 2014

PLATERO Y YO CUMPLE CIEN AÑOS

Platero, nacido por azar, cumple cien años.

"Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez, es el libro más traducido después de La Biblia y El Quijote.

"Platero es pequeño, peludo, suave, tan blanco por fuera, que se diría todo de algodón...". Así comienza uno de los relatos más leídos de la historia, que este año celebra su centenario y que vio la luz de forma fortuita en 1914, gracias a un enfado entre su autor, Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí.
Así lo explica Carmen Hernández-Pinzón, la sobrina nieta del poeta de Moguer (Huelva) y representante de su herederos. "Platero no era un libro que quisiera publicar Juan Ramón - revela Hernández-Pinzón. Él lo pensaba incluir en sus obras completas, y, como éstas no las dio nunca, pues jamás hubiera visto la luz si no es por este enfado con su ama Zenobia, que retrasó una traducción de Tagore que él había prometido entregar a un editor y para la que tenía que contar con la gran ayuda de ella".
"Entonces, ante la imposibilidad de poder hacerlo en ese momento con Zenobia, y ya muy agobiado, a Juan Ramón no le quedó más remedio que entregar "Platero"". Y así lo recoge el propio poeta y premio Nobel en una carta a su amada, con la que al inicio tuvo una relación complicada.
"Antes -escribe Juan Ramón-, cuando volvía a casa por la Castellana, me encontré a Acebal, el director de La Lectura. Hablando de biblioteca (que ahora va a publicar) para niños, me rogó que hiciera alguna cosa a propósito".
"Yo había pensado, hace meses -continúa el poeta-, darle una "Elegía" en prosa que tengo escrita; unas escenas entre el asnucho y yo. Pero como ahora este librito va en la edición completa de mis obras, no me conviene darlo... Le he propuesto una traducción del libro de Tagore que esta tarde me ha enseñado usted...".


De modo que la publicación de "Platero y yo", el libro más traducido después de La Biblia y El Quijote, y de lectura obligada en las escuelas de primaria en Latinoamérica, es fruto del azar y también del impulso de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, a quien le encantaba y quien tuvo en la mesilla de noche hasta el último día de su vida.
"Giner de los Ríos le dio el espaldarazo total al libro porque en él se daban también todos los principios de la Institución Libre de Enseñanza, el amor por los animales, la naturaleza, la sencillez, la vida en el campo, los valores humanistas y universales..." apunta Hernández-Pinzón.

PRIMERA EDICIÓN DEL LIBRO "PLATERO Y YO" EN 1914.
Y a todo esto Platero, el burrito más famoso, ya se ha hecho centenario en 2014, y en este año que ahora comienza se le rendirán honores con más de un centenar de actividades, y él volverá a ver las flores y las estrellas que le prometió su autor, en el llamado "Año de Platero". Un congreso internacional en noviembre, reediciones, una edición especial con dibujantes de todo el mundo, lecturas, un recorrido por Moguer (Huelva) con un circuito "juanramoniano", una exposición al aire libre, conferencias, música y nuevas traducciones, entre ellas al catalán, marcarán una programación que tendrá extensión local, provincial, nacional e internacional. "Platero y yo" es un texto en prosa poética estético, moral y espiritual para adultos y niños. "Juan Ramón lo escribió sobre 1908 o 1909 y tenía muchos capítulos, y él lo que tenía previsto era acortarlo para los niños" matiza la heredera del poeta.
"Y luego nunca más repitió la fórmula, pero hay que recordar que él entonces estaba en Moguer; luego siguió avanzando en su poesía y no se vanaglorió de él. Estaba orgullos y conocía su valía, pero nada más, siempre se exigía mucho", añade.
Juan Ramón tuvo la intención en Puerto Rico de hacer "un Platero revivido" sobre 1920, ampliar capítulos e incluso hacer una segunda parte, pero todo eso se quedó en el olvido y no vio la luz.

Una fábula de Moguer (Huelva). Platero, hecho de acero y plata de luna, es toda una fábula, un relato sobre la vida de Moguer cuando el poeta era niño; sus calles y sus gentes, y sobre el ciclo de la vida en general. Un texto lleno de símbolos, sugerencias y metáforas, como las mariposas, la luna, la muerte, la sangre, el amor o el dolor e incluso la locura. Pero en este 2014 no solo se celebrará el año de Platero. Juan Ramón Jiménez también estará presente con la esperada publicación de su ambicioso proyecto autobiográfico "Vida" y con la edición de un volumen con sus entrevistas, un libro que el poeta deseaba que se publicara.


UNA PRECIOSA INICIATIVA EN LA VILLA DE ENCINASOLA (HUELVA)

Encinasola, es un pequeño pueblo situado en el extremo noroccidental de la provincia de Huelva; limita al norte con la provincia de Badajoz y al oeste con Portugal. Está incluido en el parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en lo que popularmente se conoce como Sierra de Huelva. Un conjunto compuesto por pueblos de una gran riqueza histórica y extrema belleza, rodeado de paisajes maravillosos en los que se puede disfrutar del senderismo, rutas a caballos y recorridos en bicibletas de montaña.



Pues bien, en este el municipio onubense de Encinasola (Huelva), y más concretamente en su CEIP Rufino Blanco, OPINARED ha tenido la oportunidad de observar esta preciosa iniciativa. En el patio de dicho colegio se ha realizado un dibujo conmemorativo del centenario de "Platero y yo", algo que ayudará a promover y divulgar la lectura de este libro que ya se ha convertido en todo un clásico de la literatura española e internacional. Una genial iniciativa para a cercar a los más pequeños al popular libro de Juan Ramón Jiménez en particular y a la lectura en general. Iniciativas así son las que hacen falta en nuestros colegios. Para todos aquellos que hayan hecho posible esto, desde OPINARED, nuestra admiración y nuestra más sincera enhorabuena.