

Sea como fuere, en este libro Un día de cólera, nos relata de manera magistral uno de los acontecimientos en los que el pueblo llano de Madrid da una lección de orgullo patrio y de valor a las clases acomodadas, a la nobleza y a los dirigentes militares de la época.
Sirvan de excepción el valor y saber estar de dos militares de raza, Luis Daoiz y Pedro Velarde, ambos presentes y recordados aún hoy en el himno de artillería y cuyos bustos se exhiben con orgullo en las escaleras del alcázar de Segovia. Ellos sí supieron estar con el pueblo al que servían y para el que entregaron sus vidas. Hubo muchos otros militares con menos renombre que también sirvieron al pueblo y lucharon a su lado y comprendieron cual era su papel en la lucha contra el invasor francés.

En el libro se nos cuenta el día clave del 3 de mayo. Fueron veinticuatro horas de miedo, rabia, sangre, pólvora, muerte, que permitieron demostrar de lo que un pueblo oprimido es capaz por conquistar su libertad.

En el libro se nos cuenta el día clave del 3 de mayo. Fueron veinticuatro horas de miedo, rabia, sangre, pólvora, muerte, que permitieron demostrar de lo que un pueblo oprimido es capaz por conquistar su libertad.

Más allá de patriotismos u odio a los franceses, este libro nos permite descubrir y entender muchos de los brutales acontecimientos que ocurrieron ese día y durante el resto de la guerra de independencia. Y sobre todo debemos extraer la enseñanza magistral para que este tipo de acontecimientos no vuelvan a ocurrir, y aquellos que ya están ocurriendo puedan erradicarse por completo.