miércoles, 10 de julio de 2024

La sed, de Virginia Mendoza

Aprendamos de las sequías y cambios climáticos 

extremos de nuestros antepasados.

Virginia Mendoza

 

Idioma original: Español

Título original: La sed

Editorial: Debate

Traducción: Original en español

Año de publicación: 2024

Nº de páginas: 288

Valoración: Muy recomendable

 

 

 

En la portada del libro puede leerse la frase: Una historia antropológica (y personal) de la vida en tierras de lluvia escasa. Pues eso, no es ni más ni menos el resumen de este libro. La autora se crió en el pueblo de Terrinches, perteneciente a la provincia de Ciudad Real y, sobre todo, perteneciente a la España seca, donde las precipitaciones no superan los 400 litros al año. En estas zonas los habitantes quedan marcados por el miedo a la sequía, a perder las cosechas y, lo que es peor, a pasar sed. Virginia tiene impregnado ese miedo, esa búsqueda constante del agua que arrastra de generación en generación. Y todo eso lo plasma en este libro lleno de historias, de datos, de curiosidades y de reflexiones sobre la relación del hombre a lo largo de su historia con la ausencia de agua o la abundancia extrema de la misma.

Es conocido el dicho de nunca llueve a gusto de todos. Es cierto, jamás podrá llover para satisfacer las necesidades y caprichos de cada uno de nosotros. Por eso mismo, un uso racional del agua cobra en estos momentos más vigencia que nunca.

Volviendo al libro, la autora nos lleva por un fascinante viaje histórico desde los primeros tiempos de la Humanidad hasta nuestros días, donde la constante inevitable ha sido siempre la imperiosa necesidad de agua que el ser humano ha tenido, tiene y tendrá. Para beber, para regar sus cultivos, para abrevar su ganado y, a día de hoy, para infinidad de usos y malusos que le damos al agua en nuestra sociedad occidental actual. Su pueblo aparece constantemente en sus recuerdos, con las restricciones de agua, la llave que su abuelo abría cada día para dar unas horas de suministro a las gentes del pueblo, las restricciones para regar y ver como los cultivos se perdían sin remisión. Ese constante mirar al cielo para que llueva o para que ya no llueva más ha marcado su infancia y nos lo relata en este apasionante libro.

También nos acerca e el libro a otro problema muy relacionado con la sed y la necesidad de agua: la desaparición de pueblos a causa de la construcción de embalses. Es mucho el sufrimiento que estos hechos han causado en nuestro país (y en otras latitudes de manera aún más salvaje). Personas que de la noche a la mañana deben abandonar sus casas, sus huertos, sus cementerios,... para que el embalse sirva para regar otras tierras.

Creo que debe servir esta mirada al pasado que nos describe Virginia para reflexionar sobre lo que nos puede venir en un futuro si no ponemos remedio. El agua es fuente de vida y como tal hay que tratarla y consumirla. Nunca la hemos despreciado tanto porque nunca nuestros antepasados tuvieron un grifo por el que nunca falta el líquido elemento. El cambio climático es una realidad que ya está teniendo graves efectos en nuestras vidas y, el agua, es uno de los elementos más afectados por él. Por su falta o por su exceso.

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