Desprende una ternura que lo hace irresistible, esa sería mi definición si me preguntan por este libro, "Mi planta de naranja lima" de José Mauro de Vasconcelos. Un viaje al Brasil de los años sesenta, a las famosas y míseras favelas. A través del personaje de Zezé, un niño de 5 años, de familia pobre, adorable y enormemente inquieto, lo que denominaríamos un "poco trasto", que sueña con ser adulto, llevar corbata algún día y conducir el coche más bonito del barrio. Un niño que también aparece como alguien extremadamente inteligente (aprende a leer por sí sólo) y muy sensible. De este modo, se refugia en Minguinho, un pequeño árbol de naranja lima al que le cuenta todos sus secretos. Una emotiva historia sobre un niño que se ve obligado a madurar precozcmente y que nos llegará al corazón.
Una de las más importantes novelas de la nueva literatura brasileña. Muy elogiada por la crítica y calurosamente recibida por el público. "Mi planta de naranja lima", con páginas de gran colorido narrativo y extraordinaria fuerza. Las ensoñaciones, la picardía, el sufrimiento y la ternura, sobre todo la ternura, atraerán al lector desde sus primeras páginas.
Siento un placer especial al descubrir libros que en otros países son grandes clásicos, como es este ejemplo en Brasil, y que en España apenas son conocidos. Es una manera de acercarse y conocer aún más otras culturas. "Mi planta de naranja lima" se adivina como una lectura rápida mientras nos ponemos en la piel del pequeño Zezé, el niño pobre brasileño. Hasta ahora este libro sólo se podía conseguir en nuestro país en ediciones latinoamericanas, por lo que es de agradecer que los chicos de Libros del Asteroide nos lo pongan tan fácil. Eso sí, si me aceptan una recomendación, dejen la lectura de este hermoso libro para una época en la que no estén demasiado melancólicos.
Últimamente, o desde hace un tiempo, se nos muestra el Brasil del Mundial de fútbol o el Brasil de los Juegos Olímpicos, libros como esté te demuestran la otra realidad, la que tratan de esconder. El Brasil de la pobreza extrema, de los niños criados en favelas en medio de mafias de contrabando y delincuencia, el Brasil más abandonado y más olvidado. Es una auténtica pena, la cantidad de dinero que se gastará Brasil en los últimos años en acontecimientos deportivos, y lo poco que seguirá invirtiendo en intentar crear un futuro mejor para todos estos "niños de la calle". Este libro tiene la gran virtud de mostrar ese otro Brasil, esa otra realidad, esos niños sin oportunidades ni futuros. Y por esto, entre otras cosas, lo considero un libro muy recomendable.
"Han pasado los años, mi querido Manuel Valadares. Hoy tengo cuarenta y ocho y a veces, en mi soledad, tengo la impresión de que sigo siendo un niño, de que vas a aparecérteme y a traerme cromos de artistas de cine o más canicas. Tú fuiste quien me enseñó la ternura de la vida mi Portuga querido. Hoy soy yo quien intenta distribuir canicas y cromos, porque la vida sin ternura no es gran cosa precisamente. A veces soy feliz con mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común.
En aquel tiempo, en el tiempo de nuestro tiempo, yo no sabía que, muchos años antes, un Príncipe Idiota ante un altar preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de lágrimas: "¿Por qué cuentan cosas a los niños pequeños?".
La verdad, mi querido Portuga, es que a mí me contaron cosas muy temprano.
¡Adiós!"
Últimamente, o desde hace un tiempo, se nos muestra el Brasil del Mundial de fútbol o el Brasil de los Juegos Olímpicos, libros como esté te demuestran la otra realidad, la que tratan de esconder. El Brasil de la pobreza extrema, de los niños criados en favelas en medio de mafias de contrabando y delincuencia, el Brasil más abandonado y más olvidado. Es una auténtica pena, la cantidad de dinero que se gastará Brasil en los últimos años en acontecimientos deportivos, y lo poco que seguirá invirtiendo en intentar crear un futuro mejor para todos estos "niños de la calle". Este libro tiene la gran virtud de mostrar ese otro Brasil, esa otra realidad, esos niños sin oportunidades ni futuros. Y por esto, entre otras cosas, lo considero un libro muy recomendable.
"Han pasado los años, mi querido Manuel Valadares. Hoy tengo cuarenta y ocho y a veces, en mi soledad, tengo la impresión de que sigo siendo un niño, de que vas a aparecérteme y a traerme cromos de artistas de cine o más canicas. Tú fuiste quien me enseñó la ternura de la vida mi Portuga querido. Hoy soy yo quien intenta distribuir canicas y cromos, porque la vida sin ternura no es gran cosa precisamente. A veces soy feliz con mi ternura, a veces me engaño, lo que es más común.
En aquel tiempo, en el tiempo de nuestro tiempo, yo no sabía que, muchos años antes, un Príncipe Idiota ante un altar preguntaba a los iconos, con los ojos llenos de lágrimas: "¿Por qué cuentan cosas a los niños pequeños?".
La verdad, mi querido Portuga, es que a mí me contaron cosas muy temprano.
¡Adiós!"
En 1968, José Mauor de Vasconcelos encabeza la lista de "Best Sellers", con este libro "Mi planta de naranja - lima". Como ya hemos comentado, relata la vida de un niño con una gran sensibilidad que es forzado a pasar a la adultez debido a tristes circunstancias, y muestra sus sufrimientos y alegrías. Con una prosa suave y simple,esa cualidad sutil que establece un fecundo diálogo con el lector. Se convierte así en un libro de fácil lectura e interpretación, pero que sin duda alguna, no dejará al lector con la sensación de "haber perdido el tiempo". Despertando sobre todo un sentimiento de ternura y empatía con el personaje principal, el pequeño Zezé.
José Mauro de Vasconcelos, nació el 26 de febrero de 1920, en Bangú, Río de Janeiro, Brasil, y murió el 25 de julio de 1984, en Saô Pablo. Es hijo de madre india y padre portugués. En su infancia vivió en Natal (lugar que marcó su vida). Como autodidacta, ejerció diferentes oficios: fue entrenador de boxeadores, trabajador de haciendas, pescador y maestro en una escuela de pescadores, hasta que lo animó el deseo de viajar, de conocer su país e interpretarlo. Convivió con los indios, de quienes aprendió historias y tradiciones y acumuló experiencias. Se inició como cuentista oral, luego se profundizó y fue escritor. Tenía a su favor una excelente memoria, una rica fantasía y un intenso deseo de transmitir, de contar. En principio, fue un cuentista oral: con mímica y variadas entonaciones, inventaba y animaba sus cuentos.
Cuando empezó a darles forma escrita, sus cuentos y novelas registraron su profundo espíritu de observación y esa cualidad sutil que establece un fecundo diálogo con el lector.
Los deseos prematuros de su hermano Luis a los 27 años y su hermana Gloria a los 24 influyeron notablemente en su trabajo. Soñador empedernido y de una prosa suave y simple, ante todo fue un hombre que conoció el sufrimiento. Murió a los 64 años.
Otros libros suyos destacados son:
Cuando empezó a darles forma escrita, sus cuentos y novelas registraron su profundo espíritu de observación y esa cualidad sutil que establece un fecundo diálogo con el lector.
Los deseos prematuros de su hermano Luis a los 27 años y su hermana Gloria a los 24 influyeron notablemente en su trabajo. Soñador empedernido y de una prosa suave y simple, ante todo fue un hombre que conoció el sufrimiento. Murió a los 64 años.
Otros libros suyos destacados son:
.-"Arará Vermelha"
.-"Barro Blanco"
.-"Calle descalza"
.-"Confesiones de Fray Calabaza"
.-"Lluvia de Estrellas"
.-"Rosinha, Mi Canoa"
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