En esta entrada compartiré la reseña de la bilogía del autor Daniel Glattauer, conformada por los libros Contra el viento del norte y Cada siete olas.
"No hay que pensar nunca en perder. De solo pensarlo se pierde"
En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? Leo Leike recibe mensajes por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo. Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece solo cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿Sobrevivirían las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro real? Una historia escrita de una manera muy original, a través de emails.
Contra el viento del norte, nos presenta a Emmi y Leo. Dos personajes que se conocen por pura casualidad cuando Emmi manda a Leo un mail por error. Nunca se ven físicamente, solo son dos personas detrás de una pantalla que por culpa de un mail fallido comienzan a intercambiar correos electrónicos, y que poco a poco, y sin buscarlo, se vuelven casi adictos a tener noticias el uno del otro. Empiezan a necesitar esas palabras en la pantalla del ordenador como una droga diaria.
Este libro desde la primera página me resultó cautivante y adictivo. Por un lado, el modo en el que está narrado, con emails, hace que se la lectura sea rápida, las páginas pasan volando. Pero no es solo el tipo de narración, sino también cómo está narrado. La escritura de Glattauer resulta fresca y engancha mucho.
Contra el viento del norte, es un libro muy intimista; al leerlo se siente como si estuviéramos metiendo la nariz en algo privado y personal. No vamos a tener grandes cambios de escenario, grandes sucesos en cada página, ni situaciones extremas. Vamos a seguir el día a día de dos seres humanos, que como cualquiera de nosotros encuentra en este enorme virtual que es Internet, una ventana al exterior, una ventana donde poder respirar. Una simple casualidad o una mera equivocación, lleva a Leo y Emmi a cruzar sus caminos y desde ese momento nosotros como públicos asistimos como espectadores a mensajes sumamente inteligentes y llenos de significado. Desde las palabras, hasta los signos de puntuación, toman en este libro un significado profundo y muy sentido.
"Escríbeme, Emmi. Escribir es como besar, pero sin labios. Escribir es como besar con la mente"
La escritura de Glattauer, es digna de mención. No solo es adictiva, sino que te seduce, te encandila, te atrapa como una red. Es hermoso como logra introducirte lentamente en la vida de dos seres que acabas de conocer, un hombre y una mujer, tan imperfectos como exquisitos en sus personalidades; y te hace conectar totalmente con ellos, con lo que se describe, lo que se narra, y todo los sentimientos que van apareciendo.
"La huida nunca es el final, solo su retraso"
Cuando terminé Contra el viento del norte, tuve la necesidad de leer inmediatamente su continuación, Cada siete olas. En esta segunda parte nos vamos a encontrar con una Emmi y un Leo totalmente diferentes. Porque si bien aún no se conocen en persona, ya tienen una gran confianza el uno en el otro y el amor se va consolidando, aunque ambos traten de negarlo. Los mails entre ellos siguen siendo igual de chispeantes y adictivos, pero a su vez, demuestran una cierta madurez y un cambio en los personajes. Tienen conversaciones, reflexiones y debates más profundos, hay mayores dudas e incertidumbres, hay más cosas en juego en este segundo libro.
El autor nos vuelve a mostrar a unos personajes muy humanos, es la mejor palabra para definirlos: humanos porque se sienten muy reales, porque se nos muestran con tantos defectos como cualquiera de nosotros.
En definitiva una historia de amor diferente, original y recomendable. Dos libros para atesorar y para releer, en cualquier momento.