Una vez más aparece en escena, y deseemos que no sea la última, Ian McEwan con nueva y esperada novela después de Solar, pero con un estilo particular propio de sus últimos trabajos.
Y en ésta dando un giro maestro y adentrándose y adentrándonos en la mente de una funcionaria de los servicios secretos ingleses MI5, que de pronto pasa a convertirse en agente secreto. Pero aunque la intriga típica de las novelas de espías está presente en el libro, lo que lo hace especial y diferente son los sentimientos, vivencias y emociones de la protagonista. Como vive cada situación personal, sus relaciones personales, de pareja y de amistad, con sus padres, su hermana, su víctima. Y McEwan se mete en el pellejo de la mujer y nos hace partícipes de su ser interno, con maestría de gran narrador.
Podemos saber en cada momento como piensa Serena Frome, como su mente matemática de formación, pero literaria de devoción, afronta las difíciles situaciones que le van tocando vivir en los complicados años 70 en plena Guerra Fría desde unos servicios secretos. Y el amor y la literatura que aparecen para complicarlo todo más aun si cabe.
Pero la pura historia no está exenta de interés y el final nos depara una cabriola dialéctica digna de este escritor. Creo que este libro no defraudará a sus lectores habituales (como no me ha defraudado a mi) y descubrirán un magnífico libro los que por primera vez se acerquen al autor. Aunque como ya he comentado en otras ocasiones, Expiación es la obra necesaria para engancharse a este autor inglés consagrado ya como un clásico de las letras inglesas.
"Me acomodé en mi butaca, ajusté mi nueva lámpara de lectura y cogí mi marcador fetiche"
Serena Frome