lunes, 3 de junio de 2019

Los primeros en la Luna

Se nos ha dado una tremenda responasbilidad en el trenzarse y girar del destino.
Edwin E. Aldrin

Creo que muchos de nosotros estaremos de acuerdo en que hasta el momento la mayor aventura jamás emprendida por el ser humano ha sido su viaje a la Luna. Y más concretamente el Primer viaje a la Luna. Por distancia recorrida, por la complejidad técnica y logística de mantener vivos a tres seres humanos en un ambiente hostil y, desde luego, por el significado romántico de abandonar la seguridad de nuestro planeta y poner los pies en un mundo diferente y desconocido. Dos hombres fueron los afortunados en hacerlo por primera vez, Neil Amstrong y Edwin Buzz Aldrin a bordo del modulo lunar Eagle. Un tercer astronauta, Michael Collins quedó en órbita lunar esperando el regreso de sus compañeros a bordo del módulo de mando y servicio. Millones de personas en todo el mundo permanecieron pegadas a sus televisores y radios siguiendo minuto a minuto el desenlace de esta proeza humana.

Los tres protagonistas
En este libro que ahora nos ocupa, Los primeros en la Luna, se narra con detalle y datos reales extraídos de los archivos de la NASA las peripecias y preparativos previos al lanzamiento del Apolo XI. La historia personal y profesional de cada uno de los protagonistas, sus familias, el exhaustivo entrenamiento que llevaron a cabo en los meses previos y todo lo que vivieron en las horas previas al lanzamiento queda fielmente reflejado en la narración. Fue escrito en 1970 por los autores Gene Farmer y Dora Jane Hamblin y la traducción, no muy buena, al castellano la hizo el falangista, editor y pseudointelectual catalán Luis de Caralt.

Posados sobre la Luna
El libro contiene los diálogos exactos entre el módulo de comando y servicio denominado Columbus (en honor al cañón propulsor Columbiad utilizado por los personajes de la novela de Julio Verne De la Tierra a la Luna), el módulo lunar Eagle y la base de control en tierra situada en Houston. Las traducciones a veces no son muy correctas, pero el hecho de leer lo que los astronautas y los encargados del control en tierra iban diciendo resulta realmente emocionante. Estos diálogos está intercalados con la vida en las respectivas casas de los astronautas: qué sentían sus mujeres e hijos, como lo vivían sus amigos y compañeros de profesión, de que manera cubría la prensa un evento de esta magnitud,...
 
Acople del Eagle y el Columbus

Contiene además una serie de fotografías que en su momento fueron inéditas, aunque a día de hoy son fácilmente localizables en internet. Algunas de ellas se publicaron en la edición americana de la revista Life, publicación para la que en ese momento trabajaban los autores de este libro.

El polvo levantado se hacia cada vez más espeso. Era algo así como el tomar tierra en un suelo de niebla que se moviese rápidamente.
Neil Armstrong

Módulo de mando recuperado del Pacífico
Como colofón a un libro apasionante se incluye el epílogo del escritor Arthur C. Clarke en el que elucubra mezclando ciencia y ciencia ficción cuál será el futuro de la humanidad en la exploración espacial durante las siguientes décadas a la conquista lunar. Se atreve a aventurar y poner fecha a la conquista de los planetas cercanos, Mercurio, Venus y Marte. Coquetea con la posibilidad de la existencia de vida en Titán, el mayor satélite de Saturno. También aborda la posible existencia de vida inteligente en otros planetas y la recepción de señales enviadas por esos mundos.

Nave espacial 107, alias Apolo XI, alias Columbia. La mejor nave para volver a casa. ¡Qué dios la bendiga!
Michael Collins