¿Y si son las ramas las que mueven el viento?
Idioma original: Español
Título original: Cuentos para entender el mundo 1
Editorial: Ediciones B
Traducción: Original en español
Año de publicación: 2020
Nº de páginas: 151
Valoración: adictivo
"Este es un libro dedicado a todos aquellos que siguen siendo niños aunque los adultos les obliguen a disimularlo. Son 38 cuentos cortos que te harán pensar, reflexionar, sentir, vivir,... y sobre todo te ayudarán a comprender un poquito mejor el mundo.
Están recomendados tanto para niños a partir de 5-6 años como para adultos, pues no sé por qué, pero a los adultos ya no nos cuentan cuentos. Son pequeñas historias que nos harán desarrollar nuestra capacidad de reflexión" (Eloy Moreno)
Tenía pendiente la lectura de este libro desde hace tiempo. Somos muy fan de Eloy Moreno y nos faltaba por leer y comentar sus "Cuentos para entender el mundo". Se trata de una libro que recoge relatos y narraciones populares que se han ido transmitiendo de generación en generación en diferentes países y que esconden enseñanzas que perduran en el tiempo. El autor ha hecho pequeñas adaptaciones de dichos cuentos, para conseguir transmitir el aprendizaje deseado.
Cuentos preciosos, de entre 1-5 páginas cada uno de ellos, que esconden una moraleja, un valor, un aprendizaje, todos y cada uno de ellos. Altamente recomendable como todo lo de este autor, aunque reconozco, que no soy muy objetivo con él. A continuación dejó uno de sus cuentos para todos los lectores:
"Una mañana de invierno, un hombre que salía a pasear cada día por la playa se sorprendió al ver miles de estrellas de mar sobre la arena, prácticamente estaba cubierta toda la orilla.
Se entristeció al ver el gran desastre, pues sabía que esas estrellas apenas podían vivir unos minutos fuera del agua.
Resignado, comenzó a caminar con cuidado de no pisarlas, pensando en los fugaz que es la vida, en lo rápido que puede acabar todo.
A los pocos minutos, distinguió a lo lejos una pequeña figura que se movía velozmente entre la arena y el agua.
En un principio pensó que podría tratarse de algún pequeño animal, pero al aproximarse descubrió que, en realidad, era una niña que no paraba de correr de un lado para el otro: de la orilla a la arena, de la arena a la orilla.
El hombre decidió acercarse un poco más para investigar qué estaba ocurriendo.
-Hola-. Saludó. -Hola- le respondió la niña.
-¿Qué haces corriendo de aquí para allá? - le preguntó con curiosidad.
La niña se detuvo durante unos instantes, cogió aire y le miró a los ojos.
-¿No lo ves? -respondió sorprendida-. Estoy devolviendo las estrellas al mar para que no se mueran.
El hombre asintió con lástima.
-Sí, ya lo veo, pero ¿no te das cuenta de que hay miles de estrellas en la arena? Por muy rápido que vayas jamás podrás salvarlas a todas... tu esfuerzo no tiene sentido.
La niña se agachó, cogió una estrella que estaba a sus pies y la lanzó con fuerza al mar.
-Para esta sí que ha tenido sentido".
("Las estrellas de mar"; Eloy Moreno)