sábado, 26 de febrero de 2011

Plagio mortal


Los motivos que nos pueden llevar a leer un libro y no otro pueden ser muy diversos y curiosos. Me imagino que es aquí donde los expertos en publicidad juegan su gran papel, que nos hace fijar nuestra atención en unos títulos y no en otros. Los grandes autores tienen más medios para llegar al gran público que un modesto escritor que empieza. Sólo por eso se le lee más. Muchas veces no es porque tenga más calidad.


En el caso de Plagio Mortal (The killing Circle, en inglés, que alguien me explique la traducción: ¿más comercial?), la explicación de porque llegó a mis manos es bien sencilla, a la vez que casual: Buscando el pasado año guías de viaje sobre Toronto, ciudad que iba a visitar en breve, apareció esta novela del escritor canandiense Andrew Pyper, ambientada precisamente en Toronto. Pues bueno, los hados inquietos me ponía en bandeja que comprara el libro y lo leyera.

Eso sí, primero viajé a Toronto y después comencé el libro (y menos mal que lo hice así). Se trata de una novela negra, pero no en el sentido tradicional. El protagonista es un aspirante a escritor, viudo con un hijo y que trabaja en un periódico local. Decide apuntarse a un curos de escritura creativa y ahí comienza su calvario. Asesinatos, secuestros, desapariciones,... todo ambientado en la ciudad de Toronto. Una ciudad, por otro lado, tranquila y cabal, donde la delincuencia brilla por su ausencia.


El protagonista deambula por sus calles crean
do una tensión y un estrés muy bien conseguidos. Esta intensidad va creciendo con la lectura, a medida que desaparecen o aparecen muertos diversos personajes en múltiples situaciones.


El libro es entretenido pero poco más. A mi me ha gustado ya que me ha servido para recordar calles, plazas o sitios típicos por los que paseé. En cualquier caso, aunque Andrew Pyper tiene un gran reconocimiento en su Canadá, no creo que llegue a convertirse en un escritor de éxito internacional.