Hace unos días escribía una entrada en la que defendía el toque romántico que apreciamos los amantes de los libros al tocarlos y sentir el tacto del papel. Como contraposición hablaba de los libros electrónicos y de su utilidad en determinados casos y para determinadas causas, pero no tal vez para todas las lecturas.
Pues cual ha sido mi sorpresa al leer hoy un artículo según el cual un estudio realizado por Thierry Morineau y Caroline Blanche y publicado en el International Journal of Human-Computer Studies, afirma que el acto de leer es hipersensorial, es decir, va más allá de la vista; y separar la lectura de su soporte físico de papel lleva a una disminución de la concentración y la profunda comprensión del texto.
De esta forma, puede ser que los libros electrónicos sean útiles para leer el periódico, consultar libros como diccionarios o enciclopedias, o leer libros que no requieran una gran concentración para su comprensión (el ejemplo que se pone en el artículo del diario Público es "El Código Da Vinci" de Dan Brown, que se puede leer de carrerilla sin pensar mucho en su contenido, no así libros como el Quijote).
Como resumen interesante del artículo, decir que los libros no morirán tal y como los conocemos hoy, en papel, aunque siempre es conveniente recordar que el papel es un bien que debemos utilizar con cabeza sin derrocharlo y, por supuesto, siempre reciclarlo. ¡Larga vida a nuestros libros!
El artículo completo publicado en el diario Público puede consultarse en este enlace:
Pues cual ha sido mi sorpresa al leer hoy un artículo según el cual un estudio realizado por Thierry Morineau y Caroline Blanche y publicado en el International Journal of Human-Computer Studies, afirma que el acto de leer es hipersensorial, es decir, va más allá de la vista; y separar la lectura de su soporte físico de papel lleva a una disminución de la concentración y la profunda comprensión del texto.
De esta forma, puede ser que los libros electrónicos sean útiles para leer el periódico, consultar libros como diccionarios o enciclopedias, o leer libros que no requieran una gran concentración para su comprensión (el ejemplo que se pone en el artículo del diario Público es "El Código Da Vinci" de Dan Brown, que se puede leer de carrerilla sin pensar mucho en su contenido, no así libros como el Quijote).
Como resumen interesante del artículo, decir que los libros no morirán tal y como los conocemos hoy, en papel, aunque siempre es conveniente recordar que el papel es un bien que debemos utilizar con cabeza sin derrocharlo y, por supuesto, siempre reciclarlo. ¡Larga vida a nuestros libros!
El artículo completo publicado en el diario Público puede consultarse en este enlace: