Descubrí a Juan Eslava Galán con su novela En busca del unicornio, allá por los primeros años 90 y realmente quedé encantado con su narrativa, su historia y sobre todo, con su documentación. Fue premio Planeta en el año 1987, y no por su interés mediático ni comercial, sino porque la novela de verdad lo merecía. Reconozco haber sido un entusiasta de los premios Planeta, y hasta el año 1997 he leído casi todos los premiados y muchos de los finalistas. Hoy no voy a negar que estoy un poco desencantado con estos premios. Demasiado ruido y las más de las veces, pocas nueces. En fin, eran otros tiempos y eran otros autores… Desde entonces he leído algún libro más de Eslava Galán y siempre es garantía de éxito, interés y calidad narrativa.
Además de todo esto, Eslava Galán tiene el don de la oportunidad, y ahora se ha enfrascado con un tema de la más rabiosa actualidad, los inmigrantes, y más concretamente los inmigrantes magrebíes. Y como no hay mejor manera de solucionar diferencias que volver la vista al pasado, en este libro nos relata un momento muy especial de nuestra historia común, los últimos días del reino de Al-Andalus y la conquista de Granada por los Reyes Católicos. Todo ello a través de los ojos de un herrero búlgaro al que lo que más importa es su profesión y cuyos conocimientos pone al servicio de quien los reclama.
No hay en esta novela ni buenos ni malos. No hay extranjeros ni patriotas. Sólo hay seres humanos que defienden sus creencias en la convicción de que son ellos los que tienen la verdad absoluta. Sin darse cuenta de que la verdad absoluta ni siquiera existe. Y si existe, desde luego, no es patrimonio de ningún grupo humano. Esta visión seguramente hubiera ahorrado mucha sangre inútil a lo largo de la historia. Es hoy el momento de volver la vista atrás y evitar que la historia se repita. Y libros como éste nos puede ayudar a entender el presente, comprendiendo el pasado para vivir un pleno futuro.
Hace unos años leí un delicioso libro de Magdalena Lasala, “Boabdil“ que todavía hoy ocupa un lugar destacado de mi biblioteca. Su lectura y esta del Mercenario de Granada me han servido para confirmar, y en muchos casos, recordar datos, nombres y fechas de este hecho tan significativo que ahora nos ocupa. Las visiones de ambos libros son diferentes, lo que enriquece la puesta al día histórica del evento.
Finalmente creo que el libro merece la pena también porque muchas de las reflexiones que hace el protagonista sobre la convivencia de los hombres son de aplicación exacta en la actualidad. Convivencia, Cultura y Compromiso, tres C’s que son pilares básicos de nuestra sociedad y de la sociedad que nos aguarda en el futuro.
Las fotos pertenecen a diversas imágenes de la Alhambra de Granada, desde lo magnífico de sus vistas y el espectacular conjunto monumental que constituye, hasta los no menos interesantes detalles geométricos que adornan sus paredes y conforman sus ventanas.
El grabado representa a una mujer llenando un cántaro en una de las numerosas fuentes que se pueden encontrar en Granada.