Hace tiempo y después de terminar Expiación, me propuse leer todo lo que cayera en mis manos de Ian Mcewan. Fue fácil encontrar los nuevos títulos publicados después de su gran éxito Expiación, pero lo anteriores no era fácil encontrarlos. Y como las cosas que no se buscan, acaban por aparecer solas, pues así encontré El Inocente, un libro publicado en 1989, por pura casualidad.
Este es un libro muy en la tónica de Ian Mcewan. Es intimista, el autor se recrea en los detalles de las relaciones personales. En muchas ocasiones me recordaba Chesil Beach. Los persionajes se descubren entre sí, se piensan, se estudian, se disfrutan.
Está ambientado en los años posteriores a la segunda guerra mundial en Berlín, donde los espías de uno y otro bando trabajaban frenéticamente, muchas veces sin saber siquiera quien era quien y a quien pasaban información. En todo este caos de la postguerra, surge el amor entre un especialista en telecomunicaciones inglés y una chica alemana con un pasado más que entretenido. Matrimonio muy joven, malos tratos, divorcio nada amigable,...
Pero un lamentable y fortuito suceso los llevará a una situación desbordante que los supera a ellos y a su amor. Sin embargo, y como no podía ser de otra manera en un libro de Mcewan, el final resulta conmovedor a la vez que inesperado. Ya me ha ocurrido con algún otro libro, merece la pena leerlo entero para llegar a este final.
Esta obra me ha recordado por momentos a Expiación, aunque sin llegar a su altura ni mucho menos, y a Chesil Beach como ya he comentado, sobre todo en la parte donde los jóvenes van descubriendo su amor. Sin embargo en algunos pasajes pensaba que tal vez el autor utilizaba esta obra como boceto para, desde mi punto de vista, su obra maestra Expiación.
Esta novela fue llevada al cine por el director de cine británico John Richard Schlesinger en 1993, y fue el propio autor quien adaptó el guión.