Un corredor de fondo que tiene buena cara no es un corredor de fondo
Un verano más me sumerjo en la lectura del premio Desnivel de literatura de montaña, en esta ocasión con la novela Sin fronteras de Vicente García Campo, premiada en la edición 2015. Cada año me ha ido defraudando un poco más este premio y las novelas galardonadas. La calidad literaria deja mucho que desear y los temas (ya sé que son de literatura de montaña, pero ya no es sólo eso) comienzan a ser muy repetitivos. En definitiva, que he dado por zanjada mi costumbre de leer el premio Desnivel aprovechando mis vacaciones veraniegas por algún camping del mundo.
En esta ocasión la historia se centra en Martín, un corredor de carreras de montaña con un talento innato para correr lo que le lleva a ser uno de los mejores en el panorama nacional del trail de montaña y poder vivir de los patrocinios de una marca deportiva. Reservado, solitario y autosuficiente, vive en su furgoneta, desplazándose de cordillera en cordillera para entrenar y aislarse del mundanal ruido.
Hasta aquí todo normal a lo esperado en este tipo de literatura de montaña. Pero la cosa se tuerce, a mi manera de entender, cuando entran en juego los amores de dos chicas por Martín, la primera una bohemia pintora llamada Beth que está de retiro en un pueblo aislado entre montañas para completar su obra para una exposición. Y por otra parte Mónica, una compañera de carreras hija, a su vez, del responsable de la marca deportiva que patrocina a Martín. Aquí ya entramos en la noveleta romántica y folletinesca que acaba por terminar con mi interés por la novela.
En la trama también se introduce un cuarto elemento, Jan. Corredor de montaña con menos talento que Martín pero con una imperiosa necesidad de ganar carreras y dinero, lo que lo llevará a intentar batir a Martín por todos los medios posibles, legales o ilegales.
Hasta aquí resumida la trama de este nuevo premio Desnivel de literatura de montaña 2015 que ya se ha desviado mucho de lo que me gustaba de esta literatura (¿dónde queda aquél Huida al Tibet de Urtaran?), aunque reconozco la gran labor que la editorial hace por la literatura y los jóvenes autores que intentan abrirse camino en este mundo.
En esta ocasión la historia se centra en Martín, un corredor de carreras de montaña con un talento innato para correr lo que le lleva a ser uno de los mejores en el panorama nacional del trail de montaña y poder vivir de los patrocinios de una marca deportiva. Reservado, solitario y autosuficiente, vive en su furgoneta, desplazándose de cordillera en cordillera para entrenar y aislarse del mundanal ruido.
Hasta aquí todo normal a lo esperado en este tipo de literatura de montaña. Pero la cosa se tuerce, a mi manera de entender, cuando entran en juego los amores de dos chicas por Martín, la primera una bohemia pintora llamada Beth que está de retiro en un pueblo aislado entre montañas para completar su obra para una exposición. Y por otra parte Mónica, una compañera de carreras hija, a su vez, del responsable de la marca deportiva que patrocina a Martín. Aquí ya entramos en la noveleta romántica y folletinesca que acaba por terminar con mi interés por la novela.
En la trama también se introduce un cuarto elemento, Jan. Corredor de montaña con menos talento que Martín pero con una imperiosa necesidad de ganar carreras y dinero, lo que lo llevará a intentar batir a Martín por todos los medios posibles, legales o ilegales.
Hasta aquí resumida la trama de este nuevo premio Desnivel de literatura de montaña 2015 que ya se ha desviado mucho de lo que me gustaba de esta literatura (¿dónde queda aquél Huida al Tibet de Urtaran?), aunque reconozco la gran labor que la editorial hace por la literatura y los jóvenes autores que intentan abrirse camino en este mundo.
La peor situación de un corredor es encontrarse en tierra de nadie.