viernes, 5 de noviembre de 2021

La buena suerte, de Rosa Montero


Esta es otra de las lecturas recomendadas por nosotros con la llegada del año nuevo, en la entrada Doce uvas con doce libros (XIII). Esto fue lo que escribí en aquel momento en el que proponía su lectura sin saber mucho sobre la novela:

La buena suerte, de Rosa Montero. Como reza su presentación Después de cada derrota puede haber un nuevo comienzo. Porque la suerte sólo es buena si decidimos que lo sea, este libro es una bocanada de aire fresco para sobrellevar la difícil situación que el año 2020 nos ha traído. La prosa tranquila y serena de Rosa Montero es una llamada a parar en nuestras preocupaciones y disfrutar de la lectura.

Pues bien, ha ido trascurriendo el año y me resistía a leerla, no encontraba el momento, a pesar que hacía meses que el libro cogía polvo en una de las estanterías de casa (bueno, parte de la familia ya lo había leído, con lo que el libro estuvo realmente en movimiento). Había algo que no me invitaba a comenzar su lectura. Tal vez esa llamada a la tranquilidad de la que yo mismo hablaba ya era solo una quimera. Pero como a todo libro le llega su momento, lo cogí y me dispuse a devorarlo. 

No me llevó mucho tiempo su lectura. Es fácil y ameno de leer. Incluso diría que placentero de leer. Otra cosa es que la historia sea interesante. Para mi gusto no lo es. Es más, diría que es una historia un poco vulgar, en algunos momentos se narran hechos increíbles y resulta demasiado insulsa en otros. Pero en honor a la verdad hay que decir que el gran valor de esta novela es la habilidad de Rosa Montero para convertir algo intrascendente y cotidiano en profundo y reivindicativo a través de la palabra.

Rosa Montero

La historia no es más que la llegada, o mejor dicho, la huida de un mundialmente famoso arquitecto a un pueblo perdido de Ciudad Real con pasado minero, presente miserable y sin ningún futuro. La llegada a través del tren de alta velocidad tal vez sea el contrapunto al atraso del pueblo. No desvelaré el motivo de su huida, pero en el pueblecito perdido encuentra el bien y el mal. El cariño y la envidia. La ayuda desinteresada y el robo más trapero. Todo en el pueblo de escasos habitantes perdido junto a una mina cerrada hace años. El amor, la ilusión, la duda, el miedo,... todo se entremezcla en la agitada cabeza del arquitecto sin saber que rumbo tomar. Su pasado se presenta también en ese lugar remoto y todo se tambalea a su alrededor.

Intimista, sensata, muy del estilo de Rosa Montero es una novela que se puede leer o no, se puede disfrutar o no, pero si hacemos el esfuerzo de acercarnos a ella nos dejará un regusto de reflexión y duda ante la propia vida personal de cada uno.