jueves, 7 de septiembre de 2006

Sábado



Lo siento pero no voy a ser imparcial en este comentario. No puedo serlo, y es que Ian McEwan me conquistó con su libro Expiación y lo ha vuelto a hacer con éste. Su prosa resulta cautivadora, y aunque en este libro la historia no tiene nada de especial, sólo McEwan consigue hacer algo fuera de lo común. Corrijo, todas las historias tienen algo de especial, lo difícil y casi mágico, es saber sacar precisamente ese aspecto conmovedor y no quedarnos simplemente en lo superficial y monótono de toda existencia. Piensa que tal vez la historia de tu vida pueda resultar conmovedora a miles de personas (e imagina el dinero que eso te daría si supieras contarlo de la manera adecuada...). Posiblemente un blog contando esa vida día a día no te dé dinero pero interese igualmente a miles de personas.

En este libro, como su título indica, el autor narra un sábado en la vida de un prestigioso neurocirujano londinense, padre de dos hijos artistas y esposo de una abogada ocupada. Y que no me olvide, yerno, por suerte, de un poeta reconocido, cascarrabias y bebedor empedernido. A través de ese sábado cualquiera, día de asueto para el neurocirujano extremadamente ocupado, Mcewan va trazando lo que la vida puede hacer con nosotros, como todo lo que nos pasa es fruto de la casualidad o, mejor dicho, de la interacción incontrolable de millones de seres de todo el planeta. Una manifestación por una guerra que se producirá a miles de kilómetros de Londres, promovida por los intereses de personas totalmente ajenas a Henry Perowne, una calle cortada, un policía que da paso de manera indebida, un choque fortuito y se desencadenan una espiral de acontecimientos totalmente inesperados, incluyendo la pérdida de un partido de squash prácticamente ganado a su colega del hospital Jay Strauss.

Tal vez este libro no tenga la grandeza de Expiación, tanto por la historia que se cuenta, por los escenarios que se reproducen así como por la ejecución de la obra, pero resulta encantadora y cautivadora desde el principio. Es cercana al lector, minuciosa en las descripciones y obsesivamente interesante.

Recomiendo especialmente los comentarios que JacoboDeza hace en su blog "La senda de los libros" sobre este título. Los divide en cinco partes que pueden leerse aquí: antes de... (el sábado que viene), parte 1ª (primeras páginas), parte 2ª (sábado por la mañana), parte 3ª (un médico y sólo un médico), parte 4ª (en la residencia), parte 5ª (el decorado al descubierto).

Mi próxima ambición y anhelo, leer Amsterdam en versión original y no morir en el intento.

Por cierto, yo también comence a leer la novela un sábado, y no estoy seguro de que fuera por casualidad.