Mucho se ha hablado y más aún se ha escrito sobre la dimisión forzada de la directora de la Biblioteca Nacional Rosa Regás. Y yo no podía ser menos, me siento en la obligación de dar mi opinión, más que nada porque Rosa ha aparecido en este blog. Y porque Rosa Regás es escritora, o mejor aún, ESCRITORA.
Yo no voy a entrar a valorar la labor de Rosa en la Biblioteca. No sé si ha hecho mucho o ha hecho poco. Algo seguro que ha hecho, y de lo que si estoy seguro es de que tiempo le ha dedicado y, como ella misma ha dicho, tiempo que ha robado a su familia y amigos. Tampoco sé si el robo de los manuscritos es culpa suya o no, seguro que ella no facilitó la labor de los cacos. En cualquier caso me parece que la forma en la que el señor Molina la ha echado no es ni decorosa, ni honrosa y sí de muy mal gusto y de una falta de respeto vergonzante.
Yo a este señor lo tenía por escritor (aunque nunca leí nada de él, ni siquiera puedo recordar nada que haya escrito), pero de lo que estoy seguro es de que es un político "al uso". Me explico, el señor Molina llega a la cima de su carrera política después de comerse muchos marrones y de tener mucha suerte y muchos contactos. Y, ¿qué hace? ¿Valora el trabajo de las personas que le rodean?¿Se deja aconsejar por los que llevan más tiempo al frente de una dirección general?. Pues no, el político de turno lo que hace es poner a sus amiguitos y rodearse de sus allegados para iniciar una labor política en"sintonía". JA, menuda "sintonía".
Y lo peor es que cuando a este le quiten de enmedio, lo que ocurrirá tarde o temprano, vendrá otro con la misma cantinela y a modificar todo lo que había y a todos los que estaban trabajando y que no eran de su "sintonía". Y así en este país no acaba de funcionar nada público, por que hay poca "sintonía" y mucha jeta.
Y lo mismo acaba de ocurrir con la dirección del museo Reina Sofía. Que mala suerte, falta de "sintonía".
Pues mire señor Molina, nada suyo he leído, creo que nada leeré, pero desde luego para mi usted no es escritor, sólo es un simple político con muy poca "sintonía". Y si no lo digo reviento.