"Como la aguja de una brújula apunta siempre al Norte, así el dedo acusador de un hombre encuentra siempre a una mujer. Siempre. Recuérdalo, Mariam".
"Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas o los mil soles espléndidos que se ocultaban tras sus muros" (Poema sobre Kabul de Saib-e-Tabrizi, S.XVII)
Un recorrido por los últimos años de la historia de Afganistán, un país que desde la antigüedad ha sufrido invasiones desde los Macedonios, Sasánidas, Árabes, Mongoles, Soviéticos. Hasta que las áreas tribales, con antiguas leyes, se sublevaron contra los comunistas y sus decretos orientados a liberar a las mujeres. Y llegaron los talibanes con sus propias leyes, muy diferentes, restrictivas y prohibitivas. Con el paso del tiempo diversos presidentes ascendieron al poder y fueron asesinados. Terminaron viejas guerras y otras nuevas comenzaron. Como consecuencias hubo matanzas, palizas, hambre, que marcaron la vida de los afganos con un sufrimiento inimaginable. Y obligó a muchos a huir del país, llegó a haber ocho millones de refugiados fuera de Afganistán. A pesar de ser un imperio derrotado, la fortaleza de este pueblo les ha hecho encontrar el modo de sobrevivir y seguir hacia delante. Y será con la historia de Mariam y Laila con quienes sentiremos el desconsuelo, la decepción, el miedo, la derrota, pero también la esperanza, los sueños y los pequeños detalles que les dan fuerza para seguir viviendo.
A Mariam la conoceremos en 1974, cuando tenía 15 años, hija ilegítima de Yalil, un rico hombre de negocios. Mariam vive en Herat con su madre, Nana, una mujer que siempre ha sido desdichada e infeliz, emociones que le ha transmitido a su hija, junto a pensamientos negativos sobre que sin ella no sería nada, haciéndola sentir que querer vivir con su padre sería un erro porque aquel no era su lugar. Como consecuencia de las situaciones que se producen de forma precipitada acepta casarse con un hombre llamado Rashid treinta años mayor que ella. En un instante su vida cambió, se fue a vivir a Kabul, a otra cosa, donde todo era extraño, y le llegó la nostalgia de su madre, del ulema Faizulá, de su antigua vida.
A Laila la conoceremos en 1987, cuando tenía 9 años. También tiene una madre que le marca bastante, Mammy es triste y depresiva, sólo tiene en su mente a sus hijos varones que están luchando en la guerra, e ignora a su hija. Por suerte Laila tiene el apoyo de su padre, Babi, y la amistad de Tariq. Pero a los 15 años su vida sufre un importante revés. Y siente la falta de esas personas que habían sido imprescindibles en su vida: sus hermanos Ahmad y Nur, sus amiga Hasina y Giti, sus padres y, por supuesto, Tariq.
"...Mariam se quedó acostada en el sofá con las manos metidas entre las rodillas, contemplando la nieve que se arremolinaba frente a la ventana. Recordó que Nana le había dicho en una ocasión que cada copo de nieve era el suspiro de una mujer a la que habían ofendido en algún lugar del mundo. Que todos los suspiros subían al cielo, formaban nubes y luego se deshacían en trocitos diminutos que caían silenciosamente sobre las personas.
.-Para recordar cuánto sufren las mujeres como nosotras -había dicho-. Con cuánta resignación soportamos todo lo que nos toca sufrir"
Y es ente momento cuando la historia de estas dos mujeres, Mariam y Laila, se entrelaza. Dos desconocidas que por circunstancias tienen que compartir mucho en el día a día, primero tienen un sentimiento de intromisión, de duda, de miedo, hasta que con una mirada supieron que ya no serían enemigas. Su relación se estrecha como le de hermanas o, por la diferencia de edad, como madre e hija, haciéndose todavía más fuerte cuando nace Aziza. Esta pequeña les da la vida. Para Mariam tanto tiempo de sufrimiento en su vida se desvanece gracias a Laila y Aziza, a quienes considera prolongación de su propio ser. Mientras Laila, que también lleva sobres sus espaldas mucho dolor, siente que Mariam le da fuerza y por ello siempre la llevará en su corazón, donde brilla con el esplendor de mil soles.
Una novela impactante, tremenda y terrible por lo que relata (la cruda realidad que sufre día tras día la mujer afgana). Un relato, que a pesar de lo espeluznante de la descripción de ciertas situaciones, deja siempre paso al sueño y la esperanza. Hacia tiempo que una novela no me emocionaba de verdad: los protagonistas de "Mil soles espléndidos" llegan al corazón y el lector siente fácilmente una conexión especial con ellos. Uno sólo espera que el destino no siga siendo tan cruel. Un occidental sólo puede imaginar lo que debe ser vivir en un país como Afganistán, un verdadero infierno, sobre todo si eres mujer, una sociedad retrógrada como la afgana, en una ciudad derrumbada como Kabul. La obra de Khaled Hosseini es capaz de capturar una pequeña parte de ese rincón del mundo, de sus gentes, y plasmarlo de forma excepcional en las páginas de sus libros. Sin duda una novela que recomendaría a todo el mundo, una obra de arte en forma de libro.
"Dios nos ha hecho distintos a los hombres y las mujeres. Nuestros cerebros son distintos. Vosotras no sois capaces de pensar igual que nosotros. Los médicos occidentales y su ciencia lo han demostrado. Por eso nos basta con el testimonio de un varón, pero en cambio exigimos el de dos mujeres. -dijo el talibán-"
A Mariam la conoceremos en 1974, cuando tenía 15 años, hija ilegítima de Yalil, un rico hombre de negocios. Mariam vive en Herat con su madre, Nana, una mujer que siempre ha sido desdichada e infeliz, emociones que le ha transmitido a su hija, junto a pensamientos negativos sobre que sin ella no sería nada, haciéndola sentir que querer vivir con su padre sería un erro porque aquel no era su lugar. Como consecuencia de las situaciones que se producen de forma precipitada acepta casarse con un hombre llamado Rashid treinta años mayor que ella. En un instante su vida cambió, se fue a vivir a Kabul, a otra cosa, donde todo era extraño, y le llegó la nostalgia de su madre, del ulema Faizulá, de su antigua vida.
A Laila la conoceremos en 1987, cuando tenía 9 años. También tiene una madre que le marca bastante, Mammy es triste y depresiva, sólo tiene en su mente a sus hijos varones que están luchando en la guerra, e ignora a su hija. Por suerte Laila tiene el apoyo de su padre, Babi, y la amistad de Tariq. Pero a los 15 años su vida sufre un importante revés. Y siente la falta de esas personas que habían sido imprescindibles en su vida: sus hermanos Ahmad y Nur, sus amiga Hasina y Giti, sus padres y, por supuesto, Tariq.
"...Mariam se quedó acostada en el sofá con las manos metidas entre las rodillas, contemplando la nieve que se arremolinaba frente a la ventana. Recordó que Nana le había dicho en una ocasión que cada copo de nieve era el suspiro de una mujer a la que habían ofendido en algún lugar del mundo. Que todos los suspiros subían al cielo, formaban nubes y luego se deshacían en trocitos diminutos que caían silenciosamente sobre las personas.
.-Para recordar cuánto sufren las mujeres como nosotras -había dicho-. Con cuánta resignación soportamos todo lo que nos toca sufrir"
Y es ente momento cuando la historia de estas dos mujeres, Mariam y Laila, se entrelaza. Dos desconocidas que por circunstancias tienen que compartir mucho en el día a día, primero tienen un sentimiento de intromisión, de duda, de miedo, hasta que con una mirada supieron que ya no serían enemigas. Su relación se estrecha como le de hermanas o, por la diferencia de edad, como madre e hija, haciéndose todavía más fuerte cuando nace Aziza. Esta pequeña les da la vida. Para Mariam tanto tiempo de sufrimiento en su vida se desvanece gracias a Laila y Aziza, a quienes considera prolongación de su propio ser. Mientras Laila, que también lleva sobres sus espaldas mucho dolor, siente que Mariam le da fuerza y por ello siempre la llevará en su corazón, donde brilla con el esplendor de mil soles.
Una novela impactante, tremenda y terrible por lo que relata (la cruda realidad que sufre día tras día la mujer afgana). Un relato, que a pesar de lo espeluznante de la descripción de ciertas situaciones, deja siempre paso al sueño y la esperanza. Hacia tiempo que una novela no me emocionaba de verdad: los protagonistas de "Mil soles espléndidos" llegan al corazón y el lector siente fácilmente una conexión especial con ellos. Uno sólo espera que el destino no siga siendo tan cruel. Un occidental sólo puede imaginar lo que debe ser vivir en un país como Afganistán, un verdadero infierno, sobre todo si eres mujer, una sociedad retrógrada como la afgana, en una ciudad derrumbada como Kabul. La obra de Khaled Hosseini es capaz de capturar una pequeña parte de ese rincón del mundo, de sus gentes, y plasmarlo de forma excepcional en las páginas de sus libros. Sin duda una novela que recomendaría a todo el mundo, una obra de arte en forma de libro.
"Dios nos ha hecho distintos a los hombres y las mujeres. Nuestros cerebros son distintos. Vosotras no sois capaces de pensar igual que nosotros. Los médicos occidentales y su ciencia lo han demostrado. Por eso nos basta con el testimonio de un varón, pero en cambio exigimos el de dos mujeres. -dijo el talibán-"
EL LUGAR MÁS PELIGROSO DEL MUNDO PARA SER MUJER: AFGANISTÁN...UNA VERGÜENZA QUE SIGUE EXISTIENDO EN PLENO SIGLO XXI.
La realidad Afgana resulta del todo desconocida para la comunidad internacional. Las imágenes que recibimos por parte de los medios de comunicación nos lo presentan como un país de naturaleza beligerante en el que sólo se publicita aquello que tiene que ver con la actuación de las tropas internacionales de Naciones Unidas desplazada allí y las bajas que se cuentan entre sus filas. Es la cara de una realidad mucho más compleja donde el último peldaño del reverso de la moneda lo lleva ocupando desde hace mucho tiempo la mujer.