¿En qué habría de creer?¿En unos generales llamados por Dios a salvar España de la horda marxista?¿En una República proletaria, bondadosa y honrada que defiende su libertad?...
Falcó, de Arturo Pérez-Reverte. Página 200
El gran escritor contemporáneo de aventuras en habla hispana cambia completamente de registro en esta ocasión y de la inolvidable saga de libros del Capitán Alatriste, se pasa a una nueva saga de espías y conspiraciones. Pero no los manidos y típicos espías de la CIA, KGB o el MI6 británico, sino espías a la española en la turbulenta sociedad de la Guerra Civil. En estos ambientes equívocos donde la traición se encuentra en cada esquina y moverse con cautela y soltura es imprescindible para sobrevivir, aparece Falcó, Lorenzo Falcó. Un buscavidas harto de patearse el mundo trapicheando con mil negocios turbios y que conoce muy bien a los hombres y sus ambiciones. Y sabe como manejarlos para lograr sus objetivos, que no son más que aquellos por los que le pagan. Reclutado primero para servir a la República española, los azares de la vida lo llevan ahora a servir a los nacionales con la única bandera de la lealtad a si mismo. Es uno de estos libros que no dejarías de leer hasta acabarlo, pues a la vuelta de cada página te espera un tiroteo, un lance amoroso, una huida o cualquier otra trepidante aventura. Y desde luego vividas con la clase y el empaque de un verdadero bonvivant como Falcó. Ni hace ascos a las mujeres guapas, ni a los licores buenos, ni a los trajes de marca y mucho menos a las fiestas de la alta sociedad española de la época.
Soltó un escupitajo amargo. Puerco dios, se dijo. Si es que lo hay.
Falcó, página 228
En esta primera entrega (hasta el momento hay tres libros, Falcó, Eva y Sabotaje) el protagonista se ve envuelto en la dudosa y arriesgada misión de liberar a José Antonio Primo de Rivera que se encuentra preso en la cárcel de Alicante, por lo que tiene que infiltrarse en la España republicana y coordinar tan jugosa misión. Por supuesto no voy a desvelar el desenlace, pero la emoción y la intriga a raudales están garantizadas.
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El autor: Pérez-Reverte
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Seguimos con el destacable aspecto histórico del libro. Aunque los personajes principales son ficticios, se encuadran en hechos y acontecimientos reales, y aquí se deja entrever la gran labor de documentación del autor, que, sin tomar demasiado partido por uno u otro bando, relata los argumentos que esgrimían unos y otros para justificar sus fechorías.
En definitiva un libro redondo, ameno y muy del estilo al que nos tiene acostumbrados Pérez-Reverte.
Cuando regresas del frente lo primero que se ve es que están los emboscados sentados en los cafés.
Falcó, página 158.