sábado, 9 de febrero de 2008

Escritores mercenarios

Por mi trabajo tengo la enorme suerte de asistir ocasionalmente a charlas de grandes (y no tan grandes) autores a chavales de entre 13 y 18 años. Y digo la enorme suerte, porque no es lo mismo cuando un escritor se dirige a un público interesado y más o menos erudito, que cuando le toca enfrentarse a un grupo, y a veces muy numeroso, de chicos y chicas no muy interesados, que se han leído el libro por obligación y que preferirían estar en cualquier otro sitio antes que escuchando al plasta de turno. En esta situación es donde se ve el carisma y la capacidad de cada uno, lo que logra comunicar y transmitir, si sabe ponerse a la altura,...


En esta ocasión, asistí a la charla de Care Santos, la aclamada autora de Laluna.com. Comenzó la sesión con una breve biografía de la autora, donde para mi regocijo se mencionó el blog en el que Care participa y que está entre mis recomendados desde hace más de un año, y no es otro que La tormenta en un vaso. A continuación Care pasó a comentar porqué se hizo escritora, como veía y envidiaba a su madre que todas las noches dedicaba un rato a escribir en un diario secreto, como disfrutaba con las lecturas de adolescente, como disfrutó con Cyrano de Bergerac, que más tarde daría fruto a una historia moderna en Laluna.com. Los chicos permanecian fascinados con lo que contaba, guardaban silencio y asentían con la cabeza. Y no crean que esto es normal y lo consiguen muy pocos autores.


Hasta aquí todo sobre ruedas, con una autora que realmente les enganchaba. Sin embargo, una chica le preguntó que cómo trabajaba, cómo era un día cualquiera de su vida y para mí aquí vino el terrible mazazo. Un mito se esfumó de un plumazo. En mi cabeza se repitió esa extraña e ingarta sensación que se siente al saber que efectivamente, los reyes son los padres. Y todo por dos simples resuestas:


  1. Siempre escribo 5 páginas cada día”. Es decir, por obligación tiene que escribir 5 páginas. Y yo me pregunto, ¿y si un día, un mal día, las musas la abandonan y no hay forma de escribir, no 5, ni siquiera una página? Pues no, hay que escribir 5 páginas, sean éstas malas o buenas. Más aún, nos hizo calcular lo que tarda en escribir un libro de 200 páginas (ya saben, a 5 por día, unos 40 días, y un mes para corregir, tarea tediosa a más no poder. Vamos, que en dos meses tenemos libro nuevo).


  1. Yo trabajo por encargo. Mi editor me marca cuándo tengo que sacar algún libro”. Ahora ya si que no podía creer lo que oía. ¿Dónde quedaba el placer del ejercicio de la escritura?¿Dónde ese mundo bucólico y despreocupado y tremendamente atrayente?¿Dónde quedaban esas noches en vela dónde se pueden escribir 50 páginas mientras que en una semana sólo se habían escrito 4.


En fin, Care Santos me hizo comprender que los escritores son personas que pagan hipotecas, que comen todos los días, por lo que deben ir a hacer la compra (por su blog silencio lo demás, sé que Care la hace en Mercadona), que usan ropas que nadie les regala y que deben tener un horario de trabajo si quieren conseguir todas esas cosas. Eso sí, Care, te sigo envidiando por poder trabajar en la soledad de tu despacho sin ver a nadie, oir a nadie, gritar a nadie, reñir a nadie y pensando sólo en el próximo acontecimiento de tu protagonista.