En las narraciones históricas que abundan por las bibliotecas de cualquier país casi siempre se habla de grandes batallas protagonizadas por grandes héroes, generales y personajes señalados por la varita mágica de la eternidad. En multitud de ocasiones pasan a la historia por hechos en los que ni estuvieron y que en muchos casos ni siquiera supervisaron. Sin embargo los que de verdad realizan las hazañas, las sufren, las protagonizan y perecen las más de las veces son la gente sencilla, de a pie, obediente y dispuesta a todo por sus superiores o por esa supuesta patria o estado que pretenden defender del enemigo. Pero de ellos no queda nada que recordar. Nadie sabe quienes fueron y nadie los recordará nunca. Ningún libro contará sus aventuras cotidianas, íntimas, desgarradoras. En el mejor de los casos un monolito, una estatua o un campo sembrado de cruces los recordará solo para los curiosos que los visiten.
Pero aquí está Arturo Pérez-Reverte para sacar del anonimato a un grupo de bregados españoles sin más opción en la vida que luchar por la causa francesa en los terribles campos helados de la Rusia imperial. Napoleón si está presente en esta batalla, desde su atalaya, con su catalejo y rodeado de generales, edecanes y soplagaitas pelotas. Discuten las opciones, opinan sobre estrategias y organizan los ataques. Mientras tanto, abajo en el campo de batalla y en el frente más duramente castigado por los rusos, un destacamento de españoles se lanza hacia el enemigo sin ninguna posibilidad de victoria, a la desesperada, buscando un horrible suicidio.
O al menos eso es lo que piensa Napoleón, que ensalza su valor y arrojo desde su privilegiada atalaya. Pero en realidad la idea de los españolitos es desertar y entregarse al enemigo para salvar la piel. Ven la guerra perdida y no tienen ganas de sufrir y pelear más por los franchutes. Pero claro, nada es lo que parece. Todo se complica y los españolitos tendrán que bregar más de lo que pensaban.
Con el estilo propio de Pérez-Reverte se nos narra una historia curiosa. Por momentos desternillante y en ocasiones triste, dura. Muy recomendable para conocer de manera novelada la historia que forjaron nuestros compatriotas en las guerras de medio mundo.