Confía en quienes buscan la verdad y desconfía de los que dicen haberla encontrado
Cada verano, mientras disfruto de unos días de vacaciones rodeado de montañas, ibones, crestas nevadas y una temperatura envidiada en el resto del país, leo el premio Desnivel del año anterior. No sé muy bien si es una manía o una tradición o, simplemente, un capricho. Pero ya son tres años siguiendo este ritual lector que espero se extienda muchos años más en el tiempo por dos motivos: la salud del premio Desnivel y mis vacaciones entre montañas. Este año tocaba Lo que la nieve esconde, de Jokin Azketa, premio Desnivel 2013.
Se trata en este caso de una historia vital de varios personajes en la que la montaña es una excusa que de alguna manera, reune a los protagonistas. Norman, un famoso escritor de libros de montaña que jamás ha pisado una, Patrick, un joven incomprendido e incomprensible que intenta escapar de todo y todos cuanto le rodean, Paul, un amigo positivo y feliz con el que se embarca en una expedición al Himalaya y otro amigo con el que comparte un secreto inconfesable. Pero el meollo de la trama está en sus vidas interiores, sus relaciones y las ambiciones que cada uno tiene y para cuya consecución no todo vale.
Mi impresión personal sobre el libro no es buena. Y creo que en parte se debe a que esperaba un libro de montaña, y me he encontrado un libro de reflexiones personales y personajes atormentados donde la divagación y los pensamientos internos superan en buena medida a la aventura de montaña que yo esperaba encontrar. En algún momento me parece también algo pretencioso en cuanto a las reflexiones que nos plantea el autor. En su defensa debo decir que el final que se plantea salva los muebles de un libro, bajo mi opinión, mediocre.
...los dos van espoleados por sus diferentes grados de rabia, una furia que tal vez también sirva de combustible para alcanzar una cima.