domingo, 18 de noviembre de 2012

Cincuenta sombras


Es la trilogía más leída de los últimos dos años. Las ventas han dejado por debajo a sagas del impacto mediático de Harry Potter. Los derechos para hacer la película se han vendido por cantidades indecentemente elevadas. Imagino que todo esto no ha sido por casualidad, así que no queda más remedio que remangarse, acomodarse en el sofá preferido y comenzar a leer...


Libro 1º, Cincuenta sombras de Grey: Este primer libro marca el comienzo de una historia que está por descubrir. Todo es novedad, no sabemos que va a pasar, nos familiarizamos con los personajes, con su entorno, con sus hábitos, tiene, en definitiva, el encanto de lo virgen.

La joven y cándida Anastasia Steele, universitaria de éxito, comienza a abrirse a la vida de la mano de un joven y atractivo millonario, Chrystian Grey que la pasea en helicóptero, le compra coches caros y todo a cambio de sexo,... si, si, sexo puro y duro. Ella duda, va y viene, se deja cautivar y al final cae rendida a sus pies. Pero él esconde un turbio pasado de abusos hacia su persona y relaciones poco convencionales con sumisas. No podía ser el marido ideal...

Todo muy de noveleta romántica de tercera, si no fuera por el sexo, claro. En la novela es explícito, muy gráfico y muy continuado (calculo que cada 7 ó 10 páginas). Ahí está la clave del éxito. Puede que al final no seamos mucho más sofisticados que nuestros compañeros de planeta, los animales, y todos nuestros instintos salgan a relucir con la oportunidad de un buen polvo.


Libro 2º, Cincuenta sombras más oscuras: Pues si, ya he acabado la segunda parte (uf, sólo me queda una). Que puedo decir... En esta segunda parte Ana y Christian siguen follando como conejos, aunque la dulce Steele va convenciendo a su novio para que en vez de follar hagan el amor. Procura que todo sea más tierno y él vaya venciendo sus miedos del pasado. Sin duda es una chica con carácter, así que poco a poco lo va llevando a su terreno.

Es de agradecer que en esta segunda entrega, además del sexo, la autora nos distraiga con alguna aventurilla más externa a la pareja: Ana empieza a trabajar, aparece una ex del millonario, el jefe de Ana está un poco salido, Christian se pega una cufa con el helicóptero,... Todo esto nos va creando la sensación de querer saber más, así que segumos leyendo. El ritmo del polvo cada 7 ó 10 páginas aumenta, calculo que en esta segunda entrega es cada 20 páginas.

Finalmente el libro se acaba y he de reconecer el enorme mérito de E.L. James para dejarte con la miel en los labios y desear empezar el tercer libro. Os aseguro que a mi me ha pasado, pero he resistido la tentación y creo que por este año ya he tenido bastante parejita americana salida (se lo llegan a hacer hasta en el ascensor, dios santo) así que el tercer libro queda como propósito para el 2013.

Conclusión: creo que para leer libros eróticos puede ser más recomendable Justine, del marqués de Sade que, al menos, tiene el encanto de lo clásico.