"Supongo que nuestros traumas marcan más nuestro camino que nuestras alegrías
No había leído nada de Javier Castillo hasta la fecha, aunque es cierto que había visto en Netflix la serie basada en su novela "La chica de nieve" y sinceramente me pareció muy entretenida. La novela me atrapó desde el inicio y es cierto que la leí en un período corto de tiempo (también es verdad que es el mes de agosto y dispongo de mucho tiempo libre)
Esta tercera novela del autor, está narrada en primera y tercera persona, para el presente y el pasado, que va alternando en capítulos breves destinados a crear intriga e interés en el lector, aspectos que en mi opinión, consigue en gran parte de la novela.
Cora Merlo protagoniza la historia del presente (2017), en una primera persona en la que, a veces, se nota cierta tendencia del autor a contar lo que piensan o sienten los personajes que se relacionan con ella. Los capítulos de Jack y Charles en 200 y los de Edwin en 1998, en tercera persona, muestran opiniones y emociones de casi todos los personajes con los que interactúan, pese a carecer de pesonalidades complejas, más allá de su utilidad para hacer avanzar la trama de misterio, e incluyen algún detalle poco creíble a conveniencia de lo que le interesa al autor, que no parece posible que pudiera suceder.
La narración resulta a veces explicativa, y las citas al principio de cada capítulo dan la impresión de servir más de adorno que de verdadera utilidad, no aportan nada de lo que luego se relata. Las escenas referentes al trasplante que recibe Cora al comienzo de la obra dan el pego, sin resultar rebuscadas o confusas, aunque quizá sí algo repetitivas.
Lo más logrado de la novela es el misterio, incluso siendo previsible parte de su resolución casi desde que se plantea, la adecuada dosificación de lo que pasó entonces, el modo en el que el autor logra que se especule sobre quién ha hecho qué, que se cambien las sospechas según se cuentan nuevos detalles, hace que se mantenga el interés y la intriga durante casi toda la novela, y ello ayuda a "enganchar" mucho al lector.
El número limitado de personajes hace que sea relativamente fácil deducir casi todo antes de que se revele, mediante la habitual confusión, y cierta intervención, a última hora hace que el final parezca un tanto precipitado, aunque el destino de sus protagonistas sea menos convencional de lo habitual.
En resumen, una novela que engancha desde la primera página, correctamente redactada, con intriga y misterio... que no dudo se convertirá en poco tiempo en una nueva serie de Netflix.
El cuco negro mide en promedio 30 cm de longitud. El plumaje de sus partes superiores es negro, con alguna iridiscencia verde y las puntas de la cola blancas. El color de sus partes inferiores presenta variaciones según las subespecies y también individuales. El cuco negro, como otros cucos, practica el parasitismo de puesta. Sus principales huéspedes con los alcaudones de arbusto, especialmente el bubú abisino y el bubú pechirrojo.