Estamos hechos de tal modo que nada nos arrastra más lejos ni a mayor altura que los saltos de nuestros errores
La gran ventaja que tiene participar en talleres de lectura es que llegas a leer libros que jamás hubieran estado entre tus preferencias de no ser por la aportación de un grupo de lectores, entre los que se encuentran gentes de todo tipo y con muchos intereses distintos y una sola pasión: LEER. En muchos casos es que ni siquiera hubiera oído hablar de algunos de los libros propuestos. Esto es lo que me ha sucedido con el libro que nos ocupa, "La vida de las abejas" de Maurice Maeterlink, propuesto en el taller de lectura de mayo de la página PapyreFB2. Me pareció curioso y me lancé a su lectura, así que ahora toca comentar mis impresiones.
Resulta ser una pequeña joya del dramaturgo belga, gran aficionado a la apicultura (y a la naturaleza en genenal desde un punto de vista filosófico) y que en este libro, escrito en 1901, nos expone tanto sus conocimientos sobre el mundo de las abejas, como su comparación con el ser humano y nuestra sociedad. Este puede ser el punto fuerte e interesante del libro, aunque en algunos pasajes la divagación del autor lo hace un poco enrevesado y difícil de seguir. En cualquier caso resulta muy original dicha comparación, pues ambas son sociedades altamente organizadas y en las que la dependencia de los individuos de la sociedad resulta imprescindible. Cabe decir que no son siempre los humanos los que se llevan la mejor parte de la comparación.
En ambas sociedades existen individuos que trabajan sin parar para el bien de la comunidad, producen alimento, mantienen las condiciones de vida necesarias, construyen los habitáculos. Pero hay otro grupo de individuos que viven de los que otros producen y ellos se dedican, la mayor parte del tiempo, a comer, descansar y volver a empezar. Esta descripción igual vale para las sociedades humanas como para las de las abejas.
Pero no faltan capítulos enteros dedicados solamente a las abejas, su vida, su organización, sus métodos de supervivencia, la sustitución de la reina, la enjambrazón o división de los enjambres, el papel de cada miembro en la comunidad, la inutilidad de los zánganos en la vida comunal, la construcción de la colmena, la manipulación del apicultor,... No podremos volver a saborear la miel de la misma manera después de la lectura del libro.
Posiblemente por mi mentalidad cientifista, los pasajes que más he
disfrutado son aquellos en los que se describen la abejas y su vida,
como se organizan, especies, etc. Algún capítulo en los que el autor
divaga sobre la comparación de la vida de las abejas y la nuestra se me
ha hecho más pesado e incluso creo que en alguna ocasión esa comparación
ha sido forzada. En cualquier caso es un libro que recomendaría para su lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario