No puede estar más de actualidad el libro en cuestión de esta entrada Los hombres que no amaban a las mujeres, y no por el propio libro, sino por la película recién estrenada y precedida de una puesta en escena a bombo y platillo. La película no la he visto, pero el libro lo acabo de leer (que momento tan oportuno para acabarlo) y de él opinaré.
De este libro poco original puede decirse. Ya se han escrito ríos de tinta en prensa e internet y se ha hablado sobradamente de él en radio y televisión. Algunos de los comentarios que me han parecido mejor argumentados y más interesantes los dejo aquí para enlazar:
- Foro abierto de novela negra.
- Nubes negras.
- bookAffinity.
- Lecturalia.
Lo único que puedo aportar es, por tanto, mi humilde opinión de lector empedernido y seguramente poco crítico con lo que leo. No voy a hacer una crítica de estilo. Tan sólo si el libro me gustó y si lo recomendaría.
Empecemos por lo primero: a mi el libro me ha gustado. ¿Qué significa esto? Pues que lo he leído con deleite. Es más, yo diría que en algunos momentos incluso con pasión. Cualquier momento libre a lo largo del día era bueno para enfrascarme en el torbellino de sucesos que se suceden en el libro. Las historias, pues son varias que se solapan en el discurrir del tiempo, van ganando en intensidad. El lector entra en una vorágine de acontecimientos cada vez más sorprendentes. Y por supuesto, el desenlace es totalmente inesperado, como corresponde a una buena novela de suspense.
Otro valor añadido del libro, es el reflejo que nos muestra de la sociedad sueca. Para mi son un país meticuloso y ordenado, donde todo funciona como un reloj sueco (sí, ya sé que la cita es con un reloj suizo, pero una pequeña licencia se me permite, sobre todo en mi blog...). La revelación de una sociedad un tanto oscura, con abusos y maltratos a la orden del día, me ha cogido de sorpresa. Tal vez por desconocimiento, pero para nada imaginaba la sociedad sueca tal y como aparece reflejada en el libro, que, por otra parte, presenta ciertos aspectos biográficos del autor.
Este es otro aspecto interesante que le da al libro un morbo especial: su autor Stieg Larsson. Como en La conjura de los necios, el autor muere antes de conocer su obra publicada. Y resulta que la obra se convierte además en un éxito sin precedentes. Y a esto no falta una familia enfrentada por la suculenta herencia. Herencia que aumenta día a día y a la que hay que añadir los ingresos de la película. Vamos, que si Larsson viviera hacía otra novela apasionante de su propia familia. Aunque bien pensado esto traería más ingresos y estos a su vez más disputas familiares. Por lo tanto, Stieg, estés donde estés, descansa en paz y disfruta de tu éxito bien merecido.
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