Creo que hoy es el día perfecto para esta entrada, y lo es por un doble motivo:
Primero porque hace ya casi cuatro meses desde que me compré el lector de libros electrónicos Papyre 6.1 y por lo tanto puedo hablar de él con conocimiento suficiente.
Segundo, porque estamos en víspera de reyes, y puede que sirva de orientación para algún rezagado que todavía no sepa que pedirle a los Reyes Magos de Oriente.
Cuatro libros he leído ya en el Papyre, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, Diario de una ninfómana, Un día de cólera y El relojero ciego. Varios mitos desterrados: no cansa para nada la vista, incluso leyendo más de una hora seguida sin pausa. Lo de que se echa de menos el tacto con el papel, pues nada de nada. En ningún momento tuve la sensación de hacer algo extraño que no fuera leer un libro. Muy cómodo sobre todo comparado con libros como el de Stieg Larsson que es voluminoso y en ciertas circunstancias de lectura puede llegar a ser molesto. El Papyre apenas pesa 200 gramos, lo puedes llevar donde quieras y nunca resulta un incordio.
Otro falso mito es que no se encuentran libros en formato adecuado para leerlos, pues no hay más que mirar en la página de Grammata para encontrar cientos de clásicos. Y si lo que nos interesan son las últimas novedades pues miramos en la la página de Papyre y encontraremos miles en formato fb2, el que mejor se adapta al lector.
La batería tiene una duración mas que suficiente, pues a mi me dura unos dos meses leyendo a diario y la recarga apenas dura tres horas. Esto ya de por sí es bastante ecológico, pero además hay que considerar el enorme ahorro de papel que conlleva tener miles de libros en una tarjeta de memoria.
Eso si, el papyre no es más que un lector de libros electrónicos, la única licencia que se permite es reproducir MP3. Nada de navegar por internet, ni pantalla táctil, ni fotos en color, para eso hay otros lectores mucho más caros.
A mi me ha encantado el Papyre y ahora combino lectura en libros de papel y lectura en el lector. Desde luego cuando salgo de viaje no cargo con libros en papel y el Papyre me acompaña hasta para ir a comprar el pan, por si hay cola y puedo leer un ratito.
Para tener una visión más técnica y completa (aquí sólo expongo mi experiencia personal) remito a la siguiente página domde se analiza el Papyre en profundiad: Tu experto.com
Primero porque hace ya casi cuatro meses desde que me compré el lector de libros electrónicos Papyre 6.1 y por lo tanto puedo hablar de él con conocimiento suficiente.
Segundo, porque estamos en víspera de reyes, y puede que sirva de orientación para algún rezagado que todavía no sepa que pedirle a los Reyes Magos de Oriente.
Cuatro libros he leído ya en el Papyre, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, Diario de una ninfómana, Un día de cólera y El relojero ciego. Varios mitos desterrados: no cansa para nada la vista, incluso leyendo más de una hora seguida sin pausa. Lo de que se echa de menos el tacto con el papel, pues nada de nada. En ningún momento tuve la sensación de hacer algo extraño que no fuera leer un libro. Muy cómodo sobre todo comparado con libros como el de Stieg Larsson que es voluminoso y en ciertas circunstancias de lectura puede llegar a ser molesto. El Papyre apenas pesa 200 gramos, lo puedes llevar donde quieras y nunca resulta un incordio.
Otro falso mito es que no se encuentran libros en formato adecuado para leerlos, pues no hay más que mirar en la página de Grammata para encontrar cientos de clásicos. Y si lo que nos interesan son las últimas novedades pues miramos en la la página de Papyre y encontraremos miles en formato fb2, el que mejor se adapta al lector.
La batería tiene una duración mas que suficiente, pues a mi me dura unos dos meses leyendo a diario y la recarga apenas dura tres horas. Esto ya de por sí es bastante ecológico, pero además hay que considerar el enorme ahorro de papel que conlleva tener miles de libros en una tarjeta de memoria.
Eso si, el papyre no es más que un lector de libros electrónicos, la única licencia que se permite es reproducir MP3. Nada de navegar por internet, ni pantalla táctil, ni fotos en color, para eso hay otros lectores mucho más caros.
A mi me ha encantado el Papyre y ahora combino lectura en libros de papel y lectura en el lector. Desde luego cuando salgo de viaje no cargo con libros en papel y el Papyre me acompaña hasta para ir a comprar el pan, por si hay cola y puedo leer un ratito.
Para tener una visión más técnica y completa (aquí sólo expongo mi experiencia personal) remito a la siguiente página domde se analiza el Papyre en profundiad: Tu experto.com
Hay que ver que modernos estamos, Grabrié. Yo tengo el Kindle desde marzo o abril y la verdad es que coincido en tu análisis respecto a la lectura. Yo leo muchos libros en inglés y me viene muy bien comprarlos en Amazon.
ResponderEliminarHombre Eduardo, doble alegría me llevo. Primero por saber de ti (retóricamente hablando, pues te sigo la pista por la red) y segundo por coincidir con mi opinión.
ResponderEliminarYo si compré el Papyre era por ser producto nacional, ya sabes, la tierra que tira mucho. Un saludo.
Gabriel. Creo que en estas épocas que vivimos el libro electrónico es un excelente compañero de viaje. Yo descubrí el Papyre gracias a una persona cercana y lo uso mucho por lo práctico y versátil que es, pues es como tener una biblioteca en el bolsillo. También creo que es inteligente combinar su uso con el tradicional libro de papel (cuando abundan las fotografías e ilustraciones). Un abrazo. Juan M.
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