Caminar siempre hacia adelante, eso es lo que significa anábasis (página 265)
-¿Qué come entonces la bestia?- Vete a saber. Hay perros que están malcriados y viciados como un arzobispo. (Página 218)
Nos narra las aventuras y desventuras del señor Svejk, un vendedor de perros profesional metido a soldado durante la Primera Guerra Mundial más por casualidad que por vocación. Primero es recluido en un manicomio por su completa idiotez, pero al ser dado de alta y ante la incipiente guerra que se cierne sobre Europa es reclutado como soldado. Una vez en el ejército es amado y odiado por sus mandos a partes iguales, pero desde luego querido por sus compañeros de armas. Su forma peculiar de cumplir las órdenes le dan un carisma entre lo genial y lo idiota. Vive situaciones desternillantes, donde la ironía y el absurdo son una constante en cada nueva aventura. Muchas de las situaciones descritas en el libro son verídicas, bien por ser vividas por el autor o bien porque oyó hablar de ellas a compañeros.
La humanidad se ha multiplicado de una manera espantosa, somos como piojos. (Página 302)
Y para completar un magnífico libro, se encuentra acompañado por las ilustraciones de la edición original de Josef Lada. Algunas de ellas son reproducidas en esta entrada.
Cada vez que el agua corría con estrépito en el váter, el cadete Biegler cerraba los ojos y se imaginaba el gran alboroto de la batalla.
(Página 798)
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