miércoles, 16 de febrero de 2022

Vagabundo en África, de Javier Reverte

 Remontar el río era como viajar hacia los orígenes del mundo, 
cuando la vegetación cubría tierra y los grandes árboles eran los reyes.

Joseph Conrad

 
Si consideramos la literatura de viajes como un subgénero de la literatura, no cabe duda que en español hay un maestro absoluto en estas lides y no es otro que Javier Reverte. Viajero incansable, estudioso del alma humana, curioso por la historia de países y regiones,... Y todo ello adrezado con una sensibilidad especial para trasmitirnos a través de la palabra lo que ve, lo que oye y lo que vive en cada uno de sus viajes. Ha dado varias veces la vuelta al mundo, visitando los lugares más insospechados e inhóspitos de nuestro planeta (la Antártida, Groenlandia, el Polo Norte,..) y de cada uno de esos viajes hay un libro mágico que nos transporta a estos remotos lugares.

He finalizado hace una semana la lectura de Vagabundo en África. Un libro que me ha acompañado varios meses, que he ido leyendo poco a poco, saboreándolo, yendo hacia atrás y hacia adelante, revisando lo leído una y otra vez. Y al cerrar su última página y darlo por concluido he sentido un tremendo vacío que no había experimentado anteriormente con ningún otro libro. Me queda el consuelo de haber comenzado inmediatamente El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, el libro que inspiró este viaje de Reverte.

El mal y el bien se mezclan como dos realidades permeables, e intentar la derrota del mal a menudo conduce a la afirmación de un bien que se convierte en un arma mortífera para quienes se supone que están al otro lado.

(Vagabundo en África, pág. 53) 

El periplo por el continente africano comienza en Sudáfrica, visitando todos aquellos lugares que han marcado la historia del país y su inseparable aparthead. Desde los primeros tiempos de los Boers, la llegada de los ingleses, los zulues, guerras, disputas de una turbulenta historia que ha llevado al país que es ahora. El viaje sigue por Zimbaue, Tanzania, Ruanda, donde de primera mano comprueba el horror vivido por el país con el brutal genocidio sufrido en los años 90 con la intención de eliminar a los tutsis por parte de los hutus.

Todo este recorrido tiene por objetivo llegar hasta Kinsasa para iniciar el anhelado recorrido por el río Congo, tal y como hizo Josep Conrad. Como no puede ser de otra manera, el viaje en barco por el río Congo es intenso hasta el extremo, lleno de altibajos emocionales, de horror por momentos donde la vida del autor peligra de verdad. No es lugar para turistas. Incluso Javier se ve obligado a bajarse del barco antes de alcanzar el destino final por sabia recomendación de los autóctonos, pues la cosa se ponía fea por momentos. En Kisangani pone fin a un viaje a través del río y a través de si mismo que le marcará para siempre.

Dejo el enlace a un estudio sobre el libro y su relación con el de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas, que me ha parecido muy interesante para todos aquellos que hayan leído el libro o estén pensando hacerlo: Vagabundo en África

 

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