Hoy celebramos el Día del Libro, una fiesta institucional y que antaño perseguía un objetivo de lo más noble y loable, como era fomentar el saludable hábito de la lectura, y de paso homenajear a un grande de nuestra Literatura como es Miguel de Cervantes. Los que leemos teníamos la excusa de, al ser un día tan señalado, pues aumentábamos nuestra biblioteca con algún volumen más, y los que nunca leen, pues otro libro para decorar una estantería (conozco casos de gente que compra los libros en función de si quedan bien con el resto del mobiliario).
Pues bueno, creo que ese objetivo primordial del Día del Libro ha quedado en el baúl del recuerdo y, como tantas otras fiestas, se ha convertido en una fiesta de consumo innecesario y exacerbado. Ahora los libros se anuncian como las colonias. Sólo me falta ver a Carlos Ruiz Zafón corriendo desnudo por un pasillo inmenso llevando en las manos un ejemplar de su último libro y con una cara de glamour y placer inigualable.
También puedo imaginar a Javier Marías recostado en un sofá y rodeado de
preciosidades en paños menores, mientras en el centro de la imagen aparece su último libro, icono del poder de atracción masculino.Y que me dicen de Antonio Gala en un coche rojo descapotable, con rubia despanpanante con melena al viento, conduciendo por una autopista a 250 km/h (por supuesto en circuito cerrado, sólo para el anuncio) mientras ella lee atentamente El pedestal de las estatuas.
En fin, son los tiempos que corren y no nos quedan más que dos opciones:
1.- Luchar contra esa corriente de consumismo y llevar la contraria a los dictámenes de la sociedad hasta que seamos engullidos por la vorágine.
2.- Comprar, gastar y malgastar, aunque al menos sean libros que por lo menos algunos sí leeremos.
Mientras me decido por la opción que tomaré, me complace ver que al menos San Jorge vence al Dragón un año más, y con él, vence el mal, la intolerancia, el resentimiento,...pero esto es ya otro cantar.
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Jo Gabriel, tioooo, otro punto de vista menos traumático, yo compro libros y quedan muy bien en mi estantería, jajaja, me encanta llenarla de libros, pero me los he leído todos, por cierto algunos unas cuantas veces, y esos que sólo les compran por decorar el salón, que no se preocupen, que seguro que siempre hay alguien cerca que sea como yo y los tome prestados para leerlos, o por lo menos eso hago, en las casas de mis amigos, que les da por adornar con libros, gracias a ellos tengo más para leer. Es un tema agradable, no me le pongas tan drástico hombre de Dios, venga me agrada saludarte, un besazo.
ResponderEliminarSe me olvidabaaaaaa en mi ciudad el 23 día del libro es festivo, y sigue fomentando el saludable hábito de la lectura, sus casetas con libros de todo tipo, espero que no se pierda nunca, otro beso para ti Gabriel.
ResponderEliminarEva María, en primer lugar gracias por darte una vuelta por opinaRed. En cuanto a mi visión traumática del tema, debe ser que estoy muy harto de las imposiciones con que cada día nos levantamos, a saber, día de la madre, día del padre, día de los enamorados, día D,... y que sólo beneficia a grandes empresas que doblan sus ventas en esas épocas.
ResponderEliminarAhora bien, te aseguro que seguiré defendiendo la postura anticonsumo, pero con humor. Un beso y felices lecturas.
Me alegro de que defiendas esa postura, dice mucho de ti. Con respecto a el día de... ya sabes, globalidad impactante, aunque yo no entro en ella, mis días de... intento elegirles yo. Si encuentras el medio, de que se pueda utilizar, más la inteligencia en esta sociedad, me lo dices porfa!, lo veo caso perdido. Encantada ha sido un gran placer, muchos besos.
ResponderEliminarNos abandonasteeeee!!!!! espero que vuelvas. Un saludo
ResponderEliminarGabriel. Estoy totalmente de acuerdo con lo que cuentas en el post, pues el placer de la lectura no siempre tiene que ir unido a los hábitos consumistas de nuestra sociedad. Muchos de los libros que he leído están en mis estanterías, pero aún han sido más los que he tomado prestados en bibliotecas públicas. Un saludo, amigo. JM.
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