Hoy cumpliría 100 años Miguel Hernández. Sigue vivo entre nosotros gracias a su obra. Por ello el mejor homenaje a un autor para mantener su recuerdo entre nosotros es poner aquí un poema suyo, una parte de él que nos sobrevivirá a todos.
Al Gil, gili, gilipo, gilipolla,
campana sin metal y sin badajo,
mando un millón de veces al carajo,
pues tanto pus episcopal apoya.
...Su estupidez de carne de cebolla,
su ensotanada hiel, su alma de ajo
y su cara de culo y de gargajo
han de ser más quemados que fue Troya.
MIGUEL HERNÁNDEZ. (30 de Octubre de 1910 - 28 de Marzo de 1942)
Creo que El rayo que no cesa es uno de los libros que más me impactó con 18 años, y que me maravilla cada vez que lo releo, sobre todo porque es la poesía más expresiva y desgarrada que he leído nunca. Un abrazo, Grabrié.
ResponderEliminarQue alegría verte por aquí. Pues si que tienes razón, esta poesía no deja indiferente a nadie. Con este fragmento me parecía una buena forma de homenajear a un grande de nuestras letras. Un abrazo.
ResponderEliminarPuede apreciarse la agudeza de las figuras literarias dirigidas al que fuera presidente de la CEDA, José María Gil Robles, que subió a las cumbres de la lírica de Miguel Hernández calificado de “mariconazo” tras ganar las elecciones de 1933. Por no hablar de las blasfemias tan irrespetuosas como el sonoro “me cago en Cristo”, muy propio de aquellos años de persecución religiosa. A ver si les gusta más estos versos, extraídos de un poema dedicado a la “democrática” URSS de Stalin:
ResponderEliminar“Ah, compañero Stalin: de un pueblo de mendigos
has hecho un pueblo de hombres que sacuden la frente,
y la cárcel ahuyentan, y prodigan los trigos,
como a un inmenso esfuerzo le cabe: inmensamente.”
La izquierda ha hecho de Miguel Hernández uno de sus iconos antifranquistas, pues pasó por la cárcel de Ocaña, lo que oculta esa misma izquierda, con Alberti a la cabeza y con Neruda entremedias, es que estos ilustres comunistas no incluyeron al poeta de Orihuela entre las personalidades que habían de recibir protección diplomática en cuanto las tropas nacionales entrasen en Madrid, pues en vida de Miguel Hernández sus compañeros, como Cernuda, le dedicaron un profundo desprecio, negándole la condición de artista
Pero el colmo de la tergiversación es que últimamente se dice, o se da a entender, que este poeta fue fusilado por el ejército nacional, sin embargo aunque fue condenado a muerte más tarde se le indultó a una condena a 30 años por sus actividades como propagandista y comisario del Partido Comunista. Y de no haber fallecido en una enfermería de la prisión alicantina y de tuberculosis en 1942, Miguel Hernández sólo hubiera cumplido 5 o 6 años de cárcel, gracias a las diferentes amnistías aplicadas por el franquismo y de las que se beneficiaron la inmensa mayoría de presos.