Este es el primer libro de relatos de Ian McEwan, publicado en 1975 y que lo catapultó a promesa oficial de las letras inglesas. No en vano fue galardonado con el premio Somerset Maugham, lo que es una garantía de calidad incuestionable.
El libro está formado por 8 relatos, donde la nota común son las historias grotescas motivadas por las obsesiones mundanas que nos acechan a diferentes edades, aunque varios relatos se centran en las obsesiones adolescentes y que en cada caso son resueltas de manera diferente y nada convencional. Posiblemente sea la sorpresa lo que más atrae de estos relatos. Es imposible imaginar, no ya el final, sino lo que va a ocurrir en el párrafo siguiente al que estamos leyendo.
Soy un gran seguidor de los libros de McEwan, no me faltan muchos por leer de todo lo que ha publicado, y en este caso para ser justos quiero mencionar que yo no he reconocido a Ian McEwan en estos relatos. Es decir, no es la forma de narrar a la que nos había habituado el autor en sus novelas posteriores. Precisamente por ello resulta un magnífico ejercicio intentar entender la evolución de su narración, de como plantea las situaciones, de que tipo de situaciones plantea y, por supuesto, de como las resuleve.
Comentar brevemente cada uno de los relatos sería restar la mágica introducción hacia lo desconocido, así que con esta entrada sólo pretendo crear el interés suficiente por dirigirse a la librería o biblioteca y aventurarse, una vez más, en el fascinante universo narrativo de McEwan.
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