jueves, 5 de enero de 2023

MIL AÑOS DESPUÉS DE LA GUERRA

"No se preguntaba si valía la pena morir por Cristo que por la República. Pensaba que lo mejor era no morir"

Cuarto libro del Club de Lectura de Talavera propuesto por Paco, escrito por un familiar suyo (si no recuerdo mal creo que comentó que la autora, Carine Fernández, es prima de su padre). He de decir que si sitúas una novela en la I ó II Guerra Mundial o en la Guerra Civil española prácticamente me tienes ganado, soy facilón en ese sentido. Y este es el caso de "Mil años después de la guerra", situada en época de postguerra civil española pero con multitud de referencias al período de guerra, que me ha encantado desde la primera página.

Miguel Carabajal, un solitario anciano, decide dejar atrás Talavera de la Reina y tomar un autobús rumbo a Extremadura. Acaba de recibir una carta de su hermana Nuria, quien le anuncia que se instalará en su casa y, por primera vez en su vida, decide rebelarse escapando, junto a su inseparable perro Ramón, para afrontar su pasado. Y su pasado es su pueblo natal, Montepalomas, al que no regresaba desde la Guerra Civil, una guerra que parece ya olvidada, engullida, igual que el propio Montepalomas donde las aguas de un pantano inundan ahora las callejuelas y plazas de su infancia.

Allí Miguel revivirá su juventud, bella y terrible, cuando lo apodaban Medianoche y compartía sus días juntos a su hermano gemelo, Mediodía, antes de que éste fuera asesinado por los falangistas y cuyo rosto, mil años después de la guerra, sigue atormentándole.

La escritura de Carine Fernández en esta novela me ha parecido sencilla y a la vez maravillosa, hace unas descripciones de Extremadura que parecen auténtica poesía en prosa: "Enseguida saldrán de la provincia de Toledo para entrar en Extremadura, en las tierras de la jara, embriagadora como el árbol de la mirra, tan seca y rojiza que parece a punto de arder en la misma mata".

Adoro también de esta novela la relación del protagonista con su perro Ramón, mostrando, a través de ella, la desconfianza de Medianoche con todo ser humano que le rodea, provocado esto por el sufrimiento durante los años de guerra. Prefiere confiar en un animal que en cualquier ser humano, de hecho la novela comienza de la siguiente manera: "Quiso a Ramón porque, de todos los animales de la creación, sólo él sabía sonreír. Encaramado en sus cuatro patas, alto como un vulgar taburete, Ramón lo miraba meneando la cola, los miraba con el ojo tuerto -el derecho, que parecía que lo tuviera amoratado por la mancha negra que le cubría parte del hocico-, lo miraba con aire contento. ¡Pues claro!¡El animal sonreía!". Más adelante y a lo largo de la novela se pueden leer relatos del tipo: "No confía en los hombres. Sabe que los buenos y los malos no son especies diferentes, sino que cada uno es un buen tipo o un hijo de puta alternativamente, incluso varias veces al día. Basta con llegar en el momento oportuno y aceptarlo".

Novela oscura, como el período en que se sitúa. Pero a la vez, como he comentado antes, muy bella en escritura y descripciones. La voz de Carine Fernández, dibuja, a través de una revisión del pasado más oscuro en la historia de nuestro país, un emocionante y delicado viaje interior hacia la redención.

La autora, hija de un republicano español exiliado en Francia, describe en esta novela a los dos bandos que participaron en la guerra y a través de datos históricos, deja claro el horror que propiciaron tras sus enfrentamientos: "Durante meses, los dos ejércitos hicieron temblar la montaña, tan cerca, pero a la vez, tan lejos de Montepalomas, aun jornada de marcha por caminos de herradura; otra cadena montañosa de crestas violetas, otro país. El 20 de septiembre de 1938, los franquistas entraron en un pueblo conmocionado por el terror. Se había dado la orden de engalanar los balcones de la calle mayor con banderas de la Falange". "Muchos frailes fueron asesinados en sus monasterios, y en la carretera de Castilblanco encontraron un cadáver con los ojos arrancados y el siguiente letrero: SOY CURA".

En definitiva un libro muy recomendable, una escritura sencilla, pero bella, muy bella. Una novela que aporta datos históricos, geofráficos y apuntes sobre la Guerra Civil Española, pero que en ningún momento se convierten en pesados o fuera de lugar. Un canto a la libertad y al recuerdo de momentos pasados que nunca deberíamos repetir.

"Nadie es demasiado joven para matar. Ni para morir"

No hay comentarios:

Publicar un comentario