Acabo de terminar los dos primeros libros de la, en principio, trilogía de 1Q84, de Haruki Murakami. Las sensaciones que me ha producido la lectura han sido diversas: me empezaron enganchando las historias (son dos personajes que se van alternando) y leí con voracidad los primeros capítulos. Aomame y Tengo, los protagonistas de las historias, rondaban por mi cabeza a cada momento que tenía libre. Me enfrasqué en el libro y lo disfruté mucho. Volví a tener esa agradable sensación de buscar un minuto en cualquier momento para enfrascarme una y otra vez en el libro.
Ambas historias eran realistas y muy del estilo de Murakami, del que ya había leído "De que hablo cuando hablo de correr" y "Tokio Blues". Se recrea en los detalles, las descripciones son precisas y permiten formar la imagen mental con facilidad y fluidez y, sobre todo, describe a los personajes y sus sentimientos de manera que te permite identificarte con ellos con facilidad.
Esta tónica se sigue hasta más allá de la mitad del segundo libro. Pero a partir de aquí todo cambia y el Murakami al que estaba acostumbrado desaparece y es sustituido por una historia fantástica, un tanto surrealista y donde el interés se centra en ver como acabará la historia, que comienza a hacerse un poco pesada. Aparece una Little People que resulta a veces un pegote en la historia y que, de momento, no consigo relacionar adecuadamente con el engranage general del libro (puede que, precisamente aquí, esté la gracia del libro...).
De momento no voy a empezar con la tercera entrega. Hay que dejar reposar las 1004 páginas leídas y evadir la mente con otras lecturas. Pero la curiosidad, más que otra cosa, me puede. Así que en un futuro breve volveré a 1Q84 y, por supuesto, quedará recogido en opinaRed.
PD.- En mi caso está claro que la carne es débil, pues antes de publicar esta entrada ya estoy con el tercer libro de 1Q84.
PD.- En mi caso está claro que la carne es débil, pues antes de publicar esta entrada ya estoy con el tercer libro de 1Q84.
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