"Me parecía que de nada vale correr si siempre ha de irse por el mismo camino, cerrado, de nuestra personalidad"
Es curioso como hay situaciones que se repiten a pesar del paso de los años, y es que, una de las cosas que recuerdo me costó mucho en la primera lectura de esta novela, fue situar a los personajes (el árbol genealógico) y no perderme al inicio de la lectura con los nombres de todos ellos. Por suerte, hoy en día, con mayor acceso a información digital, lo primero que hice fue buscar este árbol genealógico en internet, algo que me ayudó mucho desde el inicio. Entre todos los personajes interesantes que aparecen en la novela (interesantes y desconcertantes), me quedo con la amiga de Andrea, Ena, una chica que de alguna manera es el salvavidas de la protagonista, aunque ella en ocasiones no sea consciente de ello:
"Me gusta la gente con ese átomo de locura que hace que la existencia no sea monótona, aunque sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como tú..."
"Nada", de Carmen Laforet, ha sido objeto de infinidad de estudios y análisis por parte de filólogos y de especialista en literatura, pero me gustaría, por medio de esta crítica, hacerle un pequeño homenaje en mi particular 30º aniversario de su lectura.
Esta novela nos habla del gran abismo que Andrea, la protagonista, va a encontrar entre sus sueños, ilusiones y fantasías de adolescencia, y la amarga realidad que se empeña en mostrarle el mundo tal y como es: con las miserias, los miedos, la soledad, la tristeza, las traiciones, la violencia... de quien sale de casa por primera vez y se enfrenta a la vida. Pero también es una historia de luz, de esperanza, que permiten a la protagonista salir a flote y seguir avanzando en búsqueda de los sueños por los que llegó a Barcelona. En una familia que ha pertenecido a la alta sociedad catalana, pero venida a mucho menos, solo las apariencias y lo que se expone al exterior es lo que queda de aquellos años de grandeza y lujos en la Calle Aribau.
Y precisamente la ciudad de Barcelona se nos presenta antes los ojos del lector, una Barcelona de postguerra, donde Carmen Laforet aprovecha para describir y señalar los rincones y monumentos más destacables de la ciudad. Se podría decir, que la novela "Nada" es una guía turística por esta Barcelona gótica. Aparecen en ellas los siguientes lugares:
"La Vía Layetana, tan ancha, grande y nueva, cruzaba el corazón del barrio viejo. Entonces supe lo que deseaba: quería ver la Catedral envuelta en el encanto y el misterio de la noche. Sin pensarlo más me lancé hacia la oscuridad de las callejas que la rodean. Nada podía calmar y maravillar mi imaginación como aquella ciudad gótica naufragando entre húmedas casas construidas sin estilo en medio de sus venerables sillares, pero a las que los años habían patinado también con un encanto especial, como si se hubieran contagiado de belleza".
Iglesia de Santa María del Mar:
Calle Aribau:
Mercado del Borne:
Narrada en primera persona, Andrea es testigo y narradora de la historia, no enjuicia a las personas que la rodean, y va descubriendo que a pesar de sus esfuerzos por disfrutar de la vida universitaria y ser feliz, nada es lo que parece, y va viendo como poco a poco sus esperanzas y expectativas se quedan en nada. Una novela coral, magnífica, por la que no pasan los años ni deja de estar de actualidad a pesar de estar escrita a mediados del siglo pasado. Con una pluma excelente, que te lleva a recorrer la Barcelona gótica y te hace sentir que estas allí, en la propia piel de la protagonista. Un libro muy recomendable, que volveré a leer en mi particular 50º aniversario de mi primera lectura, ¡salud para conseguirlo!
"De la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos, así creía yo entonces"
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