La historia gira en torno a un señor formal y serio llamado Marcial que sufre un tremendo complejo de inferioridad a causa de su falta de estudios. Ha pasado su vida en un matadero ascendiendo en la escala jerárquica desde matarife hasta encargado de planta con una responsabilidad considerable. Pero sigue sin tener estudios universitarios. Trata de compensar esta carencia con una sabiduría de datos y anécdotas curiosas que no duda en exhibir en cualquier reunión social a la que acude. Se siente tremendamente orgulloso de su formación autodidacta y su cuidada dicción e ingenio.
Un afortunado día conoce a Pepita, una chica de clase alta, adinerada, crítica de arte y con muy buenos modales. Marcial ve en ella a la mujer de sus sueños, la que encaja a la perfección con su saber estar y no duda en dejar a su mediocre novia con la que se encuentra instalado en la rutina para lanzarse a la gran aventura de conquistar a Pepita desbancando a los pretendientes que ya la cortejan. Con este argumento, Landero crea situaciones realmente hilarantes contadas en primera persona por Marcial. Nos mete en su cabeza para ver como piensa, como juzga, como actúa.
Todas estas situaciones llegan a su cenit cuando Marcial es invitado por Pepita a su casa a una reunión de amigos donde se hablará de temas profundos e interesantes y donde él verá la oportunidad de lucirse y desplegar todo su don de gentes, labia y amplios conocimientos. Y desde luego que se luce, pero esto lo dejo en el aire para que el lector interesado pueda disfrutar de un final de novela apoteósico.
En definitiva, se trata de una novela cargada de humor, situaciones disparatadas y con una prosa ágil y entretenida. La ironía se palpa en cada letra, en cada palabra, hará las delicias de cualquiera y no dejará indiferente a ningún lector.
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