1º) La soledad de los números primos, de Giordano Paolo. Dos cosas me llaman la atención de este libro, una que su autor es físico, lo cual siempre es llamativo y ofrece una visión distinta de la literatura, y dos, en el título se habla de números primos y, para mi, eso lo hace irresistible.
2º) La reina en el palacio de las corrientes de aire, de Stieg Larsson. Es el último que me queda de la saga Millennium, así que hay que acabarla.
3º) El inocente, de Ian Mcewan. Soy gran apasionado de Mcewan y este libro aún no lo he leído.
4º) La isla bajo el mar, de Isabel Allende. Garantía de historia apasionante.
5º) Caín, de José Saramago. Este autor siempre ofrece una visió de las cosas cotidianas personal y muy original.
6º) El origen perdido, de Richard Dawkins. Después de El gen egoista y El relojero ciego y antes de Evolución, su último libro, creo que este es el paso intermedio necesario para entender la selección natural y la Evolución en contra del fanático creacionismo.
7º) Tokio Blues, de Haruki Murakami. Un escritor de culto que no me quiero perder por nada del mundo. También incluiría su nueva obra El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, pero entonces ya saldrían trece libros y no doce...
8º) Mal de escuela de Daniel Pennac. Visión del sistema educativo de un mal alumno, toda una novedad, pero siempre pueden extraerse conclusiones interesantes.
9º) Contra el viento, de Ángeles Caso. Premio Planeta 2009, de obligada lectura aunque no de obligada calidad literaria. Para opinar hay que conocer.
10º) El cálculo de Dios, de Robert Sawyer. Veo lo de cálculo y ya me siento atraído, y si encima le unimos la palabra dios, ya no me resisto.
11º) 2666, de Roberto Bolaños. No he leído nada de Bolaños y este libro viene precedido de muy buenas críticas.
12º) Aurora boreal, de Assa Larsson. No es familia de Stieg (Millennium), pero parece que la literatura sueca está de moda. Habrá que leerlo.
Unos sueños se cumplirán en este nuevo año, pero para aquellos que no se cumplan, siempre quedará la lectura.